Desde la Pastoral Vocacional de la Diócesis de Quilmes invitan a preparase para la 62ª jornada de oración por las vocaciones que tendrá lugar el 11 de mayo, en el 4° domingo de Pascua, con las siguientes iniciativas:
Guion litúrgico del 4° domingo de Pascua, del Buen Pastor (10 y 11 de mayo)
Disponible en https://obisquil.org.ar/wp-content/uploads/2025/05/guion-litugico_buenpastor-2025.pdf
Mensaje que el Papa Francisco preparó para esta jornada
Disponible en https://www.vatican.va/content/francesco/es/messages/vocations/documents/20250319-messaggio-62-gm-vocazioni.html
Invitación a los jóvenes a la Vigilia del Buen Pastor
Que se llevará a cabo el sábado 10 de mayo a las 21 h (hasta las 6 h del domingo) en la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús (Roque Sáenz Peña 1439, Quilmes)
Inscripción y más información de la vigilia en https://forms.gle/Tb4wtbArDHrscXSf6
El Centro de Estudios Filosóficos y Teológicos de la Diócesis de Quilmes “Santo Toribio de Mogrovejo” (CEFITEQ), invita al Ciclo de Cursos Breves que se dictan cada mes todos los martes de 19 a 21 h
El curso de mayo, que comienza el martes 06, es «Repensar la Doctrina Social de la Iglesia para el siglo XXI» y está a cargo del Padre Marcelo Ciaramella, Magister en Ciencias Sociales y Humanidades con orientación en Economía.
La inscripción se realiza en el link https://forms.gle/fVQwAUkdkUnkaSXM8 El costo del curso es 5 mil pesos.
Los próximos Cursos Breves serán «Vocación y ministerios en la Iglesia», que dictará los martes de septiembre el Padre Obispo Eduardo Redondo, y «La pastoral litúrgica en las comunidades» que se ofrecerá en octubre y estará a cargo del Padre Damián Burgardt.
Todos los cursos se dictan en el Colegio San Felipe Benizi (Sánez Peña 1446, Quilmes)
Para mas información escribir a cefiteq@gmail.com
El programa del curso de mayo se comparte a continuación.
CURSO BREVE MAYO 2025
Todos los martes de 19 a 21 hs en Roque Sáenz Peña 1446, Quilmes (4 encuentros)
Repensar la Doctrina Social de la Iglesia para el siglo XXI
Pbro. Marcelo Ciaramella-Diócesis de Quilmes
Magister en Ciencias Sociales y Humanidades con orientación en Economía (UNQ)
Objetivo general:
Repensar el contenido y método de la DSI para el mundo y la Iglesia actual.
Metodología:
Exposición y discusión participativa de los temas.
1. ¿A qué llamamos Doctrina Social de la Iglesia (DSI)? La DSI como reflexión teológica y principios teóricos para la acción. La influencia negativa histórica de la división entre fe y política, iglesia y mundo, lo material y lo espiritual. Los documentos del siglo XIX y XX. Los documentos del Siglo XXI: Laudato Sí y Fratelli Tutti.
Ejes de Discusión: ¿Influye la DSI en nuestra experiencia actual de Iglesia global y diocesana? ¿Le dice algo al mundo de hoy? Los obispos, los curas, los catequistas, ¿hablan de la DSI? ¿La conocemos? ¿Sabemos de qué se trata?
2. El mundo actual. El capitalismo caníbal del SXXI. El tecno-feudalismo. La desilusión democrática y el desgaste de la política. La posdemocracia, las nuevas derechas y la imposición del individualismo. La globalización neoliberal y los procesos actuales de desglobalización. La naturalización de la desigualdad. La lucha por la hegemonía y las guerras por las rutas comerciales. El extractivismo desenfrenado en un planeta con fecha de vencimiento. Realismo capitalista: pensamos lo real desde el sentido común del capitalismo neoliberal. Las utopías del mercado y el futuro.
Ejes de Discusión: Si tuviéramos que escribir un documento a la luz de la DSI para la situación mundial, argentina y diocesana, ¿qué diríamos? ¿Qué principios teóricos ya existentes en la DSI reafirmaríamos? ¿Qué propuestas para la acción serían viables?
3. Repensar la DSI en el siglo XXI. De una DSI de principios éticos, de enseñanzas sin mediaciones ni análisis de responsabilidades a una praxis cristiana que analice la realidad, señale responsabilidades y no tema al conflicto al construir algo nuevo. Discutir las contradicciones entre carisma e institución, profetismo y doctrina, principios éticos y mediaciones para la acción.
Ejes de Discusión: ¿Sólo los documentos pontificios deben configurar la DSI? ¿Deberíamos pasar de una DSI de documentos centralizados en el Papa a una DSI de reflexiones y prácticas de las iglesias locales? ¿Se puede pensar en aplicar los principios de la DSI sin conflictos?
4. Deslegitimar el capitalismo, reconstruir la esperanza. La antinomia Capitalismo-Socialismo: un dilema sin resolución en la DSI. El manifiesto de los obispos del tercer mundo (15 de agosto de 1967). El mercado sigue soñando y parece que nosotros ya no. La utopía del socialismo del siglo XXI: democrático, ecológico y con mestizaje social (Thomas Piketty)
Ejes de Discusión: El capitalismo nunca renunció a sus utopias, ¿cuál es nuestra propia utopía a la que no deberíamos renunciar?. ¿Cuál debería ser la praxis cristiana profética en un mundo que se destruye?.

El sábado 03 de mayo entre las 09 y las 12.30 h la Pastoral de la Salud de la Diócesis de Quilmes invita al Taller de Formación, que se realizará en el Hospital El Cruce (Av. Calchaquí 5401, Florencio Varela)
Se abordarán los cuidados y seguridades cotidianos en el hogar de los adultos mayores, el acompañamiento a familiares de enfermos terminales, y el acompañamiento a familiares que despiden a su ser querido.
Destinado a sacerdotes, diáconos, ministros extraordinarios de la comunión, grupos de Pastoral de salud y acompañantes de personas enfermas.

Las Religiosas de Jesús María invitan a las Escuelas de Perdón y Reconciliación (ES.PE.RE) que anima el Centro de Espiritualidad San Ignacio, que se trata de un «proceso pedagógico, vivencial y lúdico, para sanar las heridas, transformar la memoria ingrata, generar prácticas restaurativas y brindar herramientas para recuperar la confianza».
Destinado a personas que quieran vivir una «experiencia de sanación de las heridas causadas por la violencia y los conflictos de la vida cotidiana».
El taller tiene una duración de dos fines de semana y se realizará el 10 y 11 de mayo, y el 24 y 25 de mayo en el Colegio Jesús María (Subteniente Omar Abraham 2491, Florencio Varela).
Para más información, contactarse con Cecilia (15 5979-8919) y para inscribirse, ingresar a https://forms.gle/7HibFys7MZKbzN1Y6
Para el taller se pide llevar almuerzo a la canasta para cada día, cuaderno, cartuchera, ropa cómoda y 8 mil pesos para los materiales.

Catedral de Quilmes, sábado 26 de abril de 2025.
Hermanas y hermanos:
La Resurrección de Cristo es nuestra paz. “Este es el día que hizo el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo” (Salmo 118, 24) es el salmo que entonamos todos estos días de la Octava Pascual.
La Iglesia y la humanidad entera hoy siente algo de orfandad; sentimos la muerte de un padre que nos ha mostrado la ternura del amor de Dios: el querido Papa Francisco. Nos sentimos partícipes de los sentimientos de los discípulos que lloran la muerte dolorosa y trágica de Jesús en la cruz. Se han juntado para ayudarse a sobrellevar el momento; se sienten abandonados y solos, aunque el Maestro les había dicho “no los dejaré huérfanos” (Jn. 14, 18)
Las apariciones de Jesús resucitado fueron consolando los corazones tristes y desesperanzados de sus discípulos. También hoy nos secan nuestras lágrimas para poder gustar esa paz que Jesús nos regala.
Este segundo domingo de Pascua, San Juan Pablo II lo llamó: Domingo de la Misericordia. Hace unos años atrás, comentando este evangelio, el Papa Francisco decía:
“Jesús resucitado se aparece a los discípulos varias veces. Consuela con paciencia sus corazones desanimados. De este modo realiza, después de su resurrección, la “resurrección de los discípulos”. Y ellos, reanimados por Jesús, cambian de vida. Antes, tantas palabras y tantos ejemplos del Señor no habían logrado transformarlos. Ahora, en Pascua, sucede algo nuevo. Y se lleva a cabo en el signo de la misericordia. Jesús los vuelve a levantar con la misericordia y ellos, misericordiados, se vuelven misericordiosos. Es muy difícil ser misericordioso si uno no se da cuenta de ser miseridocordiado”.
“Ante todo, son misericordiados por medio de tres dones: primero Jesús les ofrece la paz, después el Espíritu, y finalmente las llagas.
En primer lugar, les da la paz. No es una paz exterior, sino la paz del corazón. Dice: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió, así yo los envío a ustedes» (Jn 20,21). Es como si dijera: “Los mando porque creo en ustedes”. Aquellos discípulos desalentados son reconciliados consigo mismos. La paz de Jesús los hace pasar del remordimiento a la misión. En efecto, la paz de Jesús suscita la misión. No es tranquilidad, no es comodidad, es salir de sí mismo. La paz de Jesús libera de las cerrazones que paralizan, rompe las cadenas que aprisionan el corazón… Para Dios ninguno es un incompetente, ninguno es inútil, ninguno está excluido. Jesús hoy repite una vez más: “Paz a ti, que eres valioso a mis ojos. Paz a ti, que tienes una misión. Nadie puede realizarla en tu lugar. Eres insustituible. Y Yo creo en ti”.
En segundo lugar, Jesús misericordia a los discípulos dándoles el Espíritu Santo. Lo otorga para la remisión de los pecados (cf. vv. 22-23). Los discípulos eran culpables, habían huido abandonando al Maestro. Y el pecado atormenta, el mal tiene su precio. Siempre tenemos presente nuestro pecado, dice el Salmo (cf. 51,5). Solos no podemos borrarlo. Sólo Dios lo quita, sólo Él con su misericordia nos hace salir de nuestras miserias más profundas. Como aquellos discípulos, necesitamos dejarnos perdonar, decir desde lo profundo del corazón: “Perdón Señor”. Abrir el corazón para dejarse perdonar. El perdón en el Espíritu Santo es el don pascual para resurgir interiormente. Pidamos la gracia de acogerlo, de abrazar el Sacramento del perdón. Y de comprender que en el centro de la Confesión no estamos nosotros con nuestros pecados, sino Dios con su misericordia. No nos confesamos para hundirnos, sino para dejarnos levantar.
Después de la paz que rehabilita y el perdón que realza, el tercer don con el que Jesús misericordia a los discípulos es ofrecerles sus llagas. Esas llagas nos han curado (cf. 1 P 2,24; Is 53,5). Pero, ¿cómo puede curarnos una herida? Con la misericordia. En esas llagas, como Tomás, experimentamos que Dios nos ama hasta el extremo, que ha hecho suyas nuestras heridas, que ha cargado en su cuerpo nuestras fragilidades. Las llagas son canales abiertos entre Él y nosotros, que derraman misericordia sobre nuestras miserias. Las llagas son los caminos que Dios ha abierto completamente para que entremos en su ternura y experimentemos quién es Él, y no dudemos más de su misericordia. Adorando, besando sus llagas descubrimos que cada una de nuestras debilidades es acogida en su ternura.
“si nos hacemos cargo de las llagas del prójimo y en ellas derramamos misericordia, renace en nosotros una esperanza nueva, que consuela en la fatiga. Preguntémonos entonces si en este último tiempo hemos tocado las llagas de alguien que sufra en el cuerpo o en el espíritu; si hemos llevado paz a un cuerpo herido o a un espíritu quebrantado; si hemos dedicado un poco de tiempo a escuchar, acompañar y consolar. Cuando lo hacemos, encontramos a Jesús, que desde los ojos de quienes son probados por la vida, nos mira con misericordia y nos dice: ¡La paz esté con ustedes!”.
Hermanas y hermanos, de ahora en más, ya no estará Francisco hablando desde la Cátedra de Pedro en Roma. Nosotros tenemos la misión de testimoniarlo. En estos días, despidiendo al Papa que era velado en San Pedro, hemos escuchado de personas cercanas y de tantas otras de Argentina y de todo el mundo, dar testimonio de quién era Francisco para ellas mismas. Desde el lunes hemos visto que del corazón de hombres y mujeres, de toda clase social, creyentes o no, decían quién había sido Francisco para ellos y qué ha significado su misión para la humanidad. La fuerza del testimonio es la que seguirá vigente y seguirá transformando corazones. El legado de Francisco nos ayudará cada día, nos motivará para ser testigos de la Resurrección de Cristo, como él lo fue.
Al comenzar su pontificado decía: “¡Cómo quisiera encontrar las palabras para alentar una etapa evangelizadora más fervorosa, alegre, generosa, audaz, llena de amor hasta el fin y de vida contagiosa! Pero sé que ninguna motivación será suficiente si no arde en los corazones el fuego del Espíritu” (EG 261)
Y continuaba diciendo: Para ser evangelizadores de alma también hace falta desarrollar el gusto espiritual de estar cerca de la vida de la gente, hasta el punto de descubrir que eso es fuente de un gozo superior. La misión es una pasión por Jesús pero, al mismo tiempo, una pasión por su pueblo… Así redescubrimos que Él nos quiere tomar como instrumentos para llegar cada vez más cerca de su pueblo amado. Nos toma de en medio del pueblo y nos envía al pueblo, de tal modo que nuestra identidad no se entiende sin esta pertenencia… A veces sentimos la tentación de ser cristianos manteniendo una prudente distancia de las llagas del Señor. Pero Jesús quiere que toquemos la miseria humana, que toquemos la carne sufriente de los demás… Cuando lo hacemos, la vida siempre se nos complica maravillosamente y vivimos la intensa experiencia de ser pueblo, la experiencia de pertenecer a un pueblo. (EG 268, 270)
Yo soy una misión en esta tierra, y para eso estoy en este mundo. Hay que reconocerse a sí mismo como marcado a fuego por esa misión de iluminar, bendecir, vivificar, levantar, sanar, liberar. Allí aparece la enfermera de alma, el docente de alma, el político de alma, esos que han decidido a fondo ser con los demás y para los demás. Pero si uno separa la tarea por una parte y la propia privacidad por otra, todo se vuelve gris y estará permanentemente buscando reconocimientos o defendiendo sus propias necesidades. Dejará de ser pueblo. (EG 273)
El Espíritu Santo “puede sanar todo lo que nos debilita en el empeño misionero. Es verdad que esta confianza en lo invisible puede producirnos cierto vértigo: es como sumergirse en un mar donde no sabemos qué vamos a encontrar. Yo mismo lo experimenté tantas veces. Pero no hay mayor libertad que la de dejarse llevar por el Espíritu, renunciar a calcularlo y controlarlo todo, y permitir que Él nos ilumine, nos guíe, nos oriente, nos impulse hacia donde Él quiera. Él sabe bien lo que hace falta en cada época y en cada momento. ¡Esto se llama ser misteriosamente fecundos!” (EG 280)
Ahora, con Francisco junto a Dios eternamente, “hay que seguir andando nomás”. Él seguirá andando en medio nuestro, de una manera diferente, misteriosa. Sus gestos y enseñanzas nos movilizarán para verlo presente junto a los niños que sufren las injusticias, al lado del que pide ayuda en una esquina; en las personas que revuelven la basura buscando qué comer; lo encontraremos durmiendo en la calle junto a esa familia sin techo y sin trabajo; lo veremos sentado o caminando con los carreros juntando chatarra para comprar el pan para la casa; a lo veremos presente en los hogares de recuperación de personas adictas, la mayoría jóvenes; allí estará visitando y quedándose con los presos en las cárceles; su espíritu estará presente en los millones de hombres y mujeres de pueblos enteros que sufren guerra y persecución. Se ha callado una voz en la Cátedra de Pedro, pero misteriosamente, esa voz seguirá sonando desde el pueblo sediento de justicia y de paz.
Su última Carta Encíclica es “Dilexit nos”, sobre el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo. Es, creo yo, su verdadero testamento espiritual. La fuente espiritual que lo animó toda su vida. Éste es el último párrafo:
“Pido al Señor Jesucristo que de su Corazón santo broten para todos nosotros esos ríos de agua viva que sanen las heridas que nos causamos, que fortalezcan la capacidad de amar y de servir, que nos impulsen para que aprendamos a caminar juntos hacia un mundo justo, solidario y fraterno. Eso será hasta que celebremos felizmente unidos el banquete del Reino celestial. Allí estará Cristo resucitado, armonizando todas nuestras diferencias con la luz que brota incesantemente de su Corazón abierto. Bendito sea” (DN 220)
+ Carlos José Tissera
Obispo de Quilmes
Queridos hermanos y hermanas
que caminamos en la diócesis de Quilmes:
El lunes 21 de abril, octava de Pascua, sorprendió al mundo y a cada uno de nosotros la partida de nuestro querido Hermano Mayor, el Papa Francisco. Nuestra humanidad llora y esta realidad se nos vuelve consciente muy lentamente porque «(…) cuantas veces nos engaña la ilusión de ser eternos” [1]. Sin embargo, su vida, centrada en la buena noticia de Jesús, comprometida al servicio de “todos, todos, todos”, partiendo desde los pobres y vulnerables, nos impulsa a no perder la esperanza ni declinar la alegría del evangelio siendo conscientes de que el sentido de la vida está en donarla sin guardarnos nada. Hasta el último momento de su vida, Francisco, en la fragilidad de su estado de salud, entregó su vida con sus palabras y su presencia concreta el último domingo de pascua recorriendo la plaza de San Pedro.
Francisco, enfermo, frágil y vulnerable nos regaló el anuncio de la resurrección: ¡Cristo vive y te quiere vivo! nos regaló la gracia de vivir la fe con el corazón el cielo y los pies en la tierra.
Con la certeza de que en su corazón la luz de la resurrección es el cumplimiento de la promesa hacemos nuestras sus palabras:
«El Señor nos dice que estemos preparados para el encuentro, la muerte es un encuentro: es Él quien viene a encontrarnos, es Él quien viene a tomarnos de la mano y llevarnos con él.
¡No quisiera que esto sea un aviso de funeral! Es simplemente el Evangelio, es simplemente la vida, simplemente decirse el uno al otro: todos somos vulnerables y todos tenemos una puerta a la que el Señor llamará algún día».
«De todas las cosas que hemos reunido, que hemos ahorrado, legalmente buenas, no nos llevaremos nada. Pero sí, llevaremos el abrazo del Señor. Piensa en tu propia muerte: ¿cuándo moriré? En el calendario no está arreglado, pero el Señor lo sabe. Y ora al Señor: «Señor, prepara mi corazón para morir bien, morir en paz, morir con esperanza». Esta es la palabra que siempre debe acompañar nuestra vida, la esperanza de vivir con el Señor aquí y luego vivir con el Señor en otra parte. Oremos los unos por los otros, por esto» [2].
En este espíritu nos encontraremos para celebrar la vida de Francisco en nuestra Catedral de Quilmes el próximo sábado 26 de abril a las 19 h, día de sus exequias. Muchos de ustedes lo harán igualmente en sus propias comunidades.
Que María Inmaculada nos siga enseñando a caminar juntos, sin dejar a nadie fuera.
Con nuestros deseos de paz y bien.
+ Carlos José Tissera
Obispo de Quilmes
+ Eduardo Gonzalo Redondo
Obispo Auxiliar de Quilmes
Quilmes, 24 de abril de 2025.
[1] Cfr. Santa Marta 29/11/2019. Homilía diaria del Papa Francisco
[2] Ibidem.
El fin de semana del sábado 10 y domingo 11 de mayo se realizará el Encuentro Católico de Novios en el predio del Seminario Diocesano, en Av. Néstor Kirchner (ex Mitre) 3260, Berazategui.
Este encuentro es válido como curso de preparación al matrimonio.
Para informes e inscripciones comunicarse con Vicente (11 6553-8223), Virginia (11 5403-7222) o Mariano (11 5022-2016).

Desde el viernes 25 hasta el domingo 27 de abril los diáconos permanentes de la diócesis de Quilmes estarán de retiro en la Casa de Encuentro de las Hermanas Azules en Florencio Varela.
Rezamos de manera particular por todos ellos y sus familias.

Compartimos el comunicado de la Vicaría de Educación de la Diócesis de Quilmes a las comunidades educativas ante el fallecimiento del Papa Francisco, ocurrido en la mañana de este lunes 21 de abril.
Estimadas comunidades educativas de la Diócesis de Quilmes:
Con motivo del fallecimiento del querido Papa Francisco, Carlos José Tissera, obispo diocesano, y Eduardo Gonzalo Redondo, su auxiliar, invitan especialmente a los miembros de las comunidades educativas de la diócesis a participar de la Misa en su memoria, que se celebrará el lunes 21 de abril a las 19 h en la Iglesia Catedral de Quilmes (Rivadavia 355, Quilmes Centro).
Asimismo, animan a que durante esta semana se multipliquen los espacios de oración, celebración y reflexión en torno al legado del Santo Padre, como signo de fe y comunión.
Por otro lado, se prevé la suspensión de actividades en todas las comunidades educativas de la diócesis (tanto episcopales como congregacionales) el día en que se celebre la Misa Exequial del Papa Francisco, cuya fecha aún no ha sido comunicada por el Vaticano, como expresión de recogimiento, afecto y adhesión al testimonio y compromiso del Santo Padre.
Con esperanza en la Resurrección, saludamos con sincero afecto en Cristo.
Vicaría de Educación
Diócesis de Quilmes
Quilmes, 21 de abril de 2025.
En la madrugada de este lunes 21 de abril recibimos desde El Vaticano la noticia del fallecimiento del Papa Francisco, a sus 88 años.
Los obispos de Quilmes Carlos Tissera y Eduardo Redondo invitan a unirse en la oración por su eterno descanso y comparten que «Damos gracias a Dios por su ministerio como padre de todos y como testigo de la alegría Evangelio de Jesús. Su pascua es la Pascua de Cristo el Señor: «morimos con Él, resucitamos con Él».
Querido Francisco, junto a Jesús y María, acompáñanos en nuestro caminar. La Diócesis de Quilmes te agradece tus palabras y tu cercanía de pastor y amigo de los pobres».
Los obispos de Quilmes Carlos José Tissera y Eduardo Gonzalo Redondo invitan a la misa en su memoria el lunes 21 de abril a las 19 h en la Iglesia Catedral de Quilmes (Rivadavia 355, Quilmes Centro).

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