Queridos hermanos y hermanas 
que caminamos en la diócesis de Quilmes:

El lunes 21 de abril, octava de Pascua, sorprendió al mundo y a cada uno de nosotros la partida de nuestro querido Hermano Mayor, el Papa Francisco. Nuestra humanidad llora y esta realidad se nos vuelve consciente muy lentamente porque «(…) cuantas veces nos engaña la ilusión de ser eternos” [1]. Sin embargo, su vida, centrada en la buena noticia de Jesús, comprometida al servicio de “todos, todos, todos”, partiendo desde los pobres y vulnerables, nos impulsa a no perder la esperanza ni declinar la alegría del evangelio siendo conscientes de que el sentido de la vida está en donarla sin guardarnos nada. Hasta el último momento de su vida, Francisco, en la fragilidad de su estado de salud, entregó su vida con sus palabras y su presencia concreta el último domingo de pascua recorriendo la plaza de San Pedro.

Francisco, enfermo, frágil y vulnerable nos regaló el anuncio de la resurrección: ¡Cristo vive y te quiere vivo! nos regaló la gracia de vivir la fe con el corazón el cielo y los pies en la tierra.

Con la certeza de que en su corazón la luz de la resurrección es el cumplimiento de la promesa hacemos nuestras sus palabras:

«El Señor nos dice que estemos preparados para el encuentro, la muerte es un encuentro: es Él quien viene a encontrarnos, es Él quien viene a tomarnos de la mano y llevarnos con él. 

¡No quisiera que esto sea un aviso de funeral! Es simplemente el Evangelio, es simplemente la vida, simplemente decirse el uno al otro: todos somos vulnerables y todos tenemos una puerta a la que el Señor llamará algún día».

«De todas las cosas que hemos reunido, que hemos ahorrado, legalmente buenas, no nos llevaremos nada. Pero sí, llevaremos el abrazo del Señor. Piensa en tu propia muerte: ¿cuándo moriré? En el calendario no está arreglado, pero el Señor lo sabe. Y ora al Señor: «Señor, prepara mi corazón para morir bien, morir en paz, morir con esperanza». Esta es la palabra que siempre debe acompañar nuestra vida, la esperanza de vivir con el Señor aquí y luego vivir con el Señor en otra parte. Oremos los unos por los otros, por esto» 
[2]. 

En este espíritu nos encontraremos para celebrar la vida de Francisco en nuestra Catedral de Quilmes el próximo sábado 26 de abril a las 19 h, día de sus exequias. Muchos de ustedes lo harán igualmente en sus propias comunidades.

Que María Inmaculada nos siga enseñando a caminar juntos, sin dejar a nadie fuera.

Con nuestros deseos de paz y bien.

+ Carlos José Tissera
Obispo de Quilmes

+ Eduardo Gonzalo Redondo
Obispo Auxiliar de Quilmes

Quilmes, 24 de abril de 2025.

[1] Cfr. Santa Marta 29/11/2019. Homilía diaria del Papa Francisco
[2] Ibidem. 

Prot. Nº 143/2025

Circular Nº 3/2025

Quilmes, 21 de abril de 2025

Lunes de la octava de Pascua

Queridos hermanos y hermanas:

            En este lunes 21 de abril, nuestro querido Papa Francisco vivió su Pascua, termino su vida terrena entre nosotros, ha llegado a la presencia del Padre. El dolor es inmenso, pero al mismo tiempo la celebración de la Pascua nos llena de esperanza, la vida ha vencido a la muerte. 

            Esta tarde en la Catedral Inmaculada Concepción, de nuestra Diócesis, a las 19h, daremos gracias a Dios por su ministerio y su vida entregada hasta el final. La humanidad entera ha sido acogida por su ser de pastor y padre misericordioso. Todos , todos, todos han permanecido en su corazón siempre.

            «Recen por mí» era su pedido incansable, en esta Eucaristía lo haremos por su eterno descanso y le pediremos a Dios,  por su intercesión nos conceda la gracia de vivir la alegría del Evangelio.

            Con nuestra bendición.

+ Eduardo Gonzalo Redondo                                                 + Carlos José Tissera

   Obispo auxiliar de Quilmes                                                     Obispo de Quilmes

                                               Pbro. Armando Ireneo Dessy

                                                            Canciller

¡Jesucristo ha resucitado! ¡La Pascua es una oportunidad!

Queremos como Iglesia Quilmeña, celebrar la Pascua, y decirles a todos y todas: Cristo por amor, se entregó hasta el final para salvarnos. Sus brazos abiertos en la cruz son el signo más precioso de un amigo capaz de llegar hasta el extremo. “Él, que amo a los suyos que estaban en el mundo, los amo hasta el final” (Jn 13,1)

Queremos confiarnos en el amor de Jesús que ofreció su vida en la cruz, asumiendo nuestras cruces. Hoy con ese mismo amor sigue salvándonos y rescatándonos, y en el madero de la cruz nos libera de todos nuestros dolores, de todas nuestras tristezas, miserias y pecados.

Somos salvados por Jesús porque nos ama. Y solo lo que se ama puede ser salvado y solamente lo que se abraza puede ser transformado. El amor del Señor es más grande que todas nuestras contradicciones, que todas nuestras fragilidades y todas nuestras pequeñeces. (Cfr. Christus Vivit. N. 119-120. Papa Francisco)

El amor de Jesús resucitado, en la vigilia pascual, se expresa con el signo de la luz. (…) Es un signo que tiene que ver con nuestra vida. No se enciende la luz para que la guardemos o para que la escondamos debajo de la mesa o de la cama. La luz se enciende para que ilumine. (Cfr.  Beato Eduardo Pironio, de una homilía en la Pquia. Ntra. Sra. de la Victoria en La Plata. Vigilia Pascual 1971).

Creemos en Jesús resucitado, signo de esperanza viva. Desde esta mirada luminosa los cristianos no somos neutrales delante los signos de los tiempos que vivimos. Hoy la incertidumbre, la oscuridad y la falta de esperanza van ganando el corazón de muchos. 

Incertidumbre que hoy nos provoca y nos lleva a vivir cierto desaliento frente a las situaciones difíciles que nos toca transitar en gran parte de nuestra Patria:

Tantos niños y niñas que viven mal en los barrios y que ya casi ni leche tienen para tomar. ¡Cuesta mil quinientos pesos el litro! 

Oscuridad en el día a día de gran número de adolescentes y jóvenes que les toca vivir en una realidad donde parece que pocas cosas les hacen vibrar el corazón, donde no aparecen muchos referentes que los acompañen para encontrar el sentido de la vida, donde la pantalla se convierte o se confunde con la realidad concreta y la vida puede durar lo que dura un juego online, sin pensar que la existencia no se puede resetear y comenzar de nuevo.

Innumerables familias, muchas de ellas fragilizadas por varias generaciones, sin techo, sin trabajo estable y sin un pedazo de tierra para construir futuro.

Abuelos y abuelas con jubilaciones de hambre, falta de atención digna para la salud y muchos viviendo en soledad la enfermedad.

Y una buena parte de la clase política que, en lugar de honrarla como “el grado más alto de la caridad” colocando en el centro a la persona y luchando por el bien común, en lugar de comprometerse para transformar la realidad del pueblo concreto, hacen politiquería y se concentran en mirarse el ombligo. Así pasan a no ser confiables ni alternativas para nadie. Como consecuencia vivimos y tenemos los gobiernos que tenemos, con niveles de violencia, corrupción y narcotráfico cada vez mayores.

La Pascua es un camino, un proceso, un paso de la esclavitud a la libertad. ¡La Pascua es una oportunidad!

En el camino, el Pueblo de Israel, cuando vivía bajo la opresión de los egipcios, Dios los libero de la esclavitud y transitó, con mil dificultades, durante años buscando la liberación y renovando una y otra vez la promesa de una tierra nueva que mana leche y miel. Es Dios quien ve, quien se conmueve y quien libera, no es Israel quien lo pide. El Faraón, en efecto, destruye incluso los sueños, roba el cielo, hace que parezca inmodificable un mundo en el que se pisotea la dignidad y se niegan los vínculos auténticos. Es decir, logra mantener todo sujeto a él. 

Hoy como ayer Dios ve, Dios se conmueve, Dios libera y nos regala a Jesús como camino, verdad y vida.

Preguntémonos: ¿deseo un mundo nuevo? ¿Estoy dispuesto a romper los compromisos con el viejo? El testimonio de muchos hermanos y hermanas y de un gran número de aquellos que trabajan por la paz y la justicia me convence cada vez más de que lo que hay que denunciar es un déficit de esperanza. (Cfr. Beato, Eduardo Pironio, de una homilía en la Pquia. Ntra. Sra. de la Victoria en La Plata. Vigilia Pascual 1971).

La falta de esperanza es un impedimento para soñar, un grito mudo que llega hasta el cielo y conmueve el corazón de Dios. Se parece a esa añoranza por la esclavitud que paraliza a Israel en el desierto, impidiéndole avanzar. El éxodo puede interrumpirse. De otro modo no se explicaría que una humanidad que ha alcanzado el umbral de la fraternidad universal y niveles de desarrollo científico, técnico, cultural y jurídico, capaces de garantizar la dignidad de todos, camine en la oscuridad de las desigualdades y los conflictos.” (Cfr. Mensaje del Santo Padre Francisco para la Cuaresma 2024).

Con Jesús resucitado y caminando juntos, hagamos una Iglesia samaritana y pascual donde todos y todas seamos atravesados por la resurrección,
    -pasando de la oscuridad a recuperar la luz, 
    -de la desconfianza a recuperar la esperanza.
    -de la división a la comunión.

¡Feliz Pascua!

+ Carlos José Tissera
Obispo de Quilmes

+ Eduardo Gonzalo Redondo
Obispo Auxiliar de Quilmes

Quilmes, 19 de abril de 2025.

MENSAJE DE CUARESMA 2025
“Conviértanse y crean en la Buena Noticia”

(Mc. 1, 15)

Hermanas y hermanos:

El pasado 6 de febrero, varios días antes de su internación, el Papa Francisco publicó su Mensaje para esta Cuaresma, con el título: “Caminemos juntos en la esperanza”, a tono con el lema de este Año Jubilar: “Peregrinos de la esperanza”.

Es necesario convertirnos cada día a Cristo, nuestra Esperanza. Animados por el Espíritu, la Cuaresma es el tiempo propicio para la escucha atenta de la Palabra, dejarnos interpelar, revisar nuestro caminar, y para animarnos a tomar decisiones personales y comunitarias. 

En sus reflexiones para esta Cuaresma, el Papa Francisco nos invita a profundizar en lo que significa caminar juntos en la esperanza, y descubrir las llamadas del Señor hoy, a cada uno y a nuestras comunidades.

CAMINAR: Nuestra Diócesis de Quilmes, como toda la Iglesia, se encuentra haciendo un camino sinodal. Somos el pueblo de Dios en camino. Lo primero, entonces, es preguntarnos cada uno, cada una: ¿me considero peregrino, peregrina? ¿Me siento en camino? “Surge aquí una primera llamada a la conversión, porque todos somos peregrinos en la vida. Cada uno puede preguntarse: ¿cómo me dejo interpelar por esta condición? ¿Estoy realmente en camino o un poco paralizado, estático, con miedo y falta de esperanza; o satisfecho en mi zona de confort? ¿Busco caminos de liberación de las situaciones de pecado y falta de dignidad?” (Mensaje de Francisco)

CAMINAR JUNTOS: Esto nos recuerda aquellas palabras de Francisco que recorrieron todo el mundo al inicio de la pandemia: “Al igual que a los discípulos del Evangelio, nos sorprendió una tormenta inesperada y furiosa. Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de confortarnos mutuamente. En esta barca, estamos todos” (27 de marzo de 2020)

Se trata de caminar juntos. La palabra sínodo significa: caminar juntos. Convertirnos a la sinodalidad“En esta cuaresma, Dios nos pide que comprobemos si en nuestra vida, en nuestras familias, en los lugares donde trabajamos, en las comunidades parroquiales o religiosas, somos capaces de caminar con los demás, de escuchar, de vencer la tentación de encerrarnos en nuestra autorreferencialidad, ocupándonos solamente de nuestras necesidades. Preguntémonos ante el Señor si somos capaces de trabajar juntos como obispos, presbíteros y diáconos, consagrados y laicos, al servicio del Reino de Dios; si tenemos una actitud de acogida, con gestos concretos, hacia las personas que se acercan a nosotros y a cuantos están lejos; si hacemos que la gente se sienta parte de la comunidad o si la marginamos” (Mensaje de Francisco)

CAMINAR JUNTOS EN LA ESPERANZA: Nuestro recordado Padre Obispo Jorge Novak estaba convencido de esto en su vida y lo expresaba en sus decisiones y proyectos. Queremos mirar hacia adelante, herederos de sus enseñanzas y comprometiéndonos a vivir la sinodalidad, con la alegría de la esperanza que no defrauda (cf. Rm. 5, 5)

El próximo sábado 15 de marzo se realizarán los ENCUENTROS SINODALES DECANALES. Representantes de todas las parroquias, de instituciones y movimientos, han sido convocados para vivir un momento significativo de diálogo y de comunión. En continuidad con lo ya realizado en años anteriores, especialmente el año pasado, todos juntos discerniremos el camino a seguir, como decanato y como Iglesia diocesana, en nuestra misión de anunciar a Jesucristo. 

Durante todo el año viviremos este proceso de conversión hacia una Iglesia más sinodal. El signo del CAMINO nos invita a no detenernos, a buscar juntos, a ayudarnos a seguir, a fijarnos en los que están al borde del camino, socorrerlos e integrarlos, a gustar la dicha de ser pueblo de Dios y gozar de la presencia de Jesús, el Peregrino. 

Siempre es actual la palabra de Jesús: “Conviértanse y crean en la Buena Noticia” (Mc. 1, 15) Que en esta Cuaresma intensifiquemos la oración por los que han perdido la esperanza; por los que se encuentran encerrados en soledad y angustia; por los que han perdido el trabajo; por los que no les alcanza su sueldo para mantener a sus familias; por los que no tienen un techo; por todos los que sólo se ven a sí mismos y no se fijan a su alrededor; por los que endiosan el dinero y el poder, y llevados por sus ambiciones provocan destrucción y guerra. Recemos por sus víctimas, los migrantes, los despojados y pobres.

El llamado de Jesús a convertirnos y creer es para “todos, todos, todos”. Convertirnos y creer en el Evangelio significa que “la Iglesia es Madre de todos. Hay lugar para todos… Dios nos ama como somos, no como quisiéramos ser o como la sociedad quisiera que seamos. ¡Como somos! Nos llama con los defectos que tenemos, con las limitaciones que tenemos y con las ganas que tenemos de seguir adelante en la vida. Dios nos llama así. Confíen, porque Dios es Padre y es Padre que nos quiere y Padre que nos ama” (Mensaje de Francisco a la JMJ de Lisboa. 3/8/23)

Hermanas y hermanos, rezando por nuestro querido Papa Francisco, con sus mismas palabras les decimos: “Caminemos juntos en la esperanza”

+ Carlos José Tissera
Obispo de Quilmes

+ Eduardo Gonzalo Redondo
Obispo Auxiliar de Quilmes

Quilmes, 03 de marzo de 2025.

Prot. Nº375/2024

CIRCULAR Nº 13/2024

Quilmes, 31 de diciembre de 2024

“Iglesia de Quilmes,
¡camina con la alegría del Evangelio!”

Abriendo, junto con toda la Iglesia, la Puerta Santa de un Año Nuevo Jubilar, nos disponemos a ser en Quilmes “peregrinos de esperanza”. Queremos caminar hacia la celebración de los 50 años de la Diócesis y celebrar la Asamblea del III Sínodo de Quilmes en 2026.

Por este motivo, en este 2025, los invitamos a seguir caminando con todos y todas, sinodalmente. Nos proponemos seguir profundizando la lógica eclesial donde todos y todas tengan voz; donde todos y todas podamos escuchar. Ser una Iglesia en clave sinodal no es algo optativo o “de moda”, sino que es algo constitutivo de la identidad eclesial. Es una opción de la Iglesia desde sus comienzos, retomada en el último Sínodo Universal.

Convocamos a parroquias, capillas, colegios, movimientos e instituciones de nuestra Diócesis a reunirnos el próximo sábado 15 de marzo, por Decanato, en asambleas que intenten la mayor participación, de manera especial de nuestros hermanos y hermanas más jóvenes. Les pedimos a los responsables de las distintas comunidades que alienten esta participación.

Será retomar el camino de las asambleas sinodales decanales ya celebradas, para profundizar las opciones que allí surgieron. Volver a encontrarnos para soñar una Iglesia en clave de “comunión, participación y misión”.

Les pedimos que vayan agendando ese encuentro. Al comenzar el año recibirán precisiones de horarios y lugares para estos encuentros.
Que esta Navidad nos ayude a renovar la esperanza para seguir colaborando con el proyecto del Reino que Jesús nos vino a traer.

+ Carlos José Tissera
Obispo de Quilmes

+ Eduardo Gonzalo Redondo
Obispo Auxiliar de Quilmes

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Anexo CIRCULAR Nº 13/2024
Quilmes, 31 de diciembre de 2024

Iniciativas para ayudar en este Año Santo 2025

El lema: “Peregrinos de esperanza”. Utilizarlo todas las veces que sea posible: carteleras, pasacalles, lema de Patronales…
La paz: un desafío para tomar conciencia de esta tragedia a través de la oración de los fieles en las distintas celebraciones. Concursos de dibujo con los chicos por la paz. Ubicar en un mapa los conflictos más salientes del mundo y hacer una oración concreta por las víctimas. Reflexionar por la “paz y la amistad social” en nuestro país. Dar a conocer y visitar y acompañar a los Veteranos de la Guerra de Malvinas. Favorecer una celebración ecuménica e interreligiosa por la paz…
Los presos: dar a conocer la Pastoral Carcelaria Diocesana. Interesarse por buscar voluntarios que vayan a visitarlos. Realizar campaña para recolectar elementos de higiene personal u otras cosas para llevarles. Reunir a los familiares para ofrecerles contención y ayuda…
Los enfermos: ubicar en el territorio parroquial los hospitales, clínicas, dispensarios. Generar grupos de escucha y de visita a los que están solos y enfermos de la comunidad. Favorecer las celebraciones y Misas de oración por los enfermos. Dar a conocer el Banco de Medicamentos de Cáritas Diocesana y hacer una campaña de medicamentos que ya no se usan y no están vencidos…
Los jóvenes: favorecer espacios físicos para que puedan reunirse. Invitar y animar la participación en los encuentros diocesanos de la Pastoral Juvenil y de la Pastoral Vocacional. Trabajar con los que reciben el sacramento de la Confirmación y conformar nuevos grupos de jóvenes. Favorecer el ministerio de la música y todo tipo de actividad que nos pidan: deporte, arte, … Dar a conocer y ayudar a la Fazenda de Esperanza y a los Hogares de Cristo. Participar en la preparación de la Jornada Regional de Jóvenes (JRJ) que se realizará en nuestra Diócesis…
Los migrantes: animar las fiestas propias de cada país (tanto las religiosas como las civiles) en las Eucaristías dominicales. Dar a conocer la Pastoral Migratoria. Celebrar el mes de septiembre dedicado a ellos. Dar a conocer el Mensaje del Papa para esa oportunidad. Ayudarlos a gestionar la solución a sus problemas de documentación. Hacerlos sujetos de la pastoral parroquial con protagonismo …
Los ancianos: Tener presente los geriátricos del territorio parroquial y organizar visitas y celebraciones, sobre todo en los tiempos litúrgicos más importantes. Organizarse con los Ministros Extraordinarios de la Comunión para ir a verlos. Realizar campañas de escucha y visita a los que están solos. Generar reflejos solidarios para aliviar sus penurias económicas. Favorecer celebraciones al aire libre (en las plazas, calles…) rezando por ellos…
Los pobres: invitar y favorecer la ayuda de nuevos voluntarios para las Cáritas parroquiales. Organizar campañas de alimentos y ropa sobre todo en las celebraciones más importantes del año. Visitar a los más necesitados. Favorecer las “noches de la caridad” (que podría ser ecuménica y/o con instituciones barriales) cocinando y llevando viandas a los que están en situación de calle y a los más pobres de la parroquia. Tomar como padrinazgo alguno de los barrios más pobres de la parroquia y realizar campañas de ayuda. Participar de los espacios de reflexión que nos propone la Pastoral Social y de Hábitat. Visitar y ayudar al Hogar Santa Mónica, al Hogar Refugio Padre Obispo Jorge Novak, al Refugio Papa Francisco…
Las peregrinaciones: organizar y favorecer las peregrinaciones a distintos lugares jubilares (sobre todo a las iglesias decanales elegidas por el Obispo). Motivar y animar para las peregrinaciones diocesanas a Luján, la juvenil a pie a Luján, la peregrinación Brocheriana, Misa de la Esperanza y todas las que se realicen en la Diócesis. Prepararlas con celebraciones penitenciales y encuentros de catequesis…
La purificación de la memoria: tomar conciencia de los pecados cometidos como comunidad parroquial y diocesana en estos últimos 25 años y pedir perdón en una celebración penitencial. Favorecer celebraciones donde se celebre el Sacramento de la Reconciliación. Concientizar en la toma de conciencia de las cosas que siguen estando mal en la parroquia y que no ayudan a crecer en la fraternidad.
La memoria agradecida: recordar y hacer presente los testimonios de las mujeres y hombres que han fallecido y que han dejado un testimonio fuerte de fe y caridad (“los santos de la puerta de al lado” – Testigos de la Fe). Realizar una celebración pública de acción de gracias. Enseñar a agradecer siempre, a rezar dando gracias. Motivar los espacios celebrativos de acción de gracias (después de la Comunión, por ejemplo).
La puerta santa: retomar lo rezado y reflexionado en los Encuentros Decanales Diocesanos del 2024 sobre las motivaciones bíblicas de este signo. Replicarlo en algunas celebraciones. Hacer tomar conciencia de lo que significa una puerta cerrada, abierta, lejana, de paso, de apertura…
La Virgen María: reforzar todas las experiencias ya existentes, remarcando la virtud de la esperanza que caracteriza a este Año Santo. “Llevarla” a las ferias, calles, hospitales, clínicas, escuelas. Enseñar y favorecer el rezo del Rosario, sobre todo, en las familias y antes de cada Eucaristía. Visita a los Santuarios marianos de la Diócesis y del país.

+ Carlos José Tissera
Obispo de Quilmes

+ Eduardo Gonzalo Redondo
Obispo Auxiliar de Quilmes

MENSAJE DE NAVIDAD
“Yo soy la puerta, el que entra por mí se salvará” 

(Jn. 10, 9)

Hermanas y hermanos:

A punto de abrir la PUERTA SANTA del Año Jubilar 2025, la Navidad nos invita a abrir las puertas al Redentor. Abrir puertas es tener esperanza. Es estar preparados para recibir la visita y también para salir al encuentro de los demás. La puerta es la Salvación: la puerta es JESÚS.

“Noche de paz, noche de amor” canta el villancico. “En este día, aprendiendo del Príncipe de la paz, comprometámonos todos —en primer lugar, los que tienen responsabilidades políticas—, para que la comida no sea más que un instrumento de paz. Mientras disfrutamos la alegría de encontrarnos con los nuestros, pensemos en las familias que están más heridas por la vida, y en aquellas que, en este tiempo de crisis económica, tienen dificultades a causa de la falta de trabajo y de lo necesario para vivir” (Papa Francisco. Mensaje de Navidad 2022)

“Ante la injusticia social, recordamos que Belén significa “Casa del pan” y nos comprometemos a compartir el pan con los que no lo tienen. Y ante el sálvese quien pueda, elegimos el camino de la hermandad y la amistad social, la parábola del Buen Samaritano, predicada por Jesús en los años de su misión como adulto. En este 2024 la pobreza y la indigencia de los niños, niñas y adolescentes, en términos de inseguridad alimentaria, es dramáticamente delicada. Este es solo un rostro de la pobreza, de la crisis socioambiental (cf. LS 139). En el tiempo de Navidad, con la ayuda de Dios y la nuestra, puede transformarse en rostro de esperanza, porque nos seguimos preguntando qué más podemos hacer. Creemos, como siempre nos recordaba el Cardenal Eduardo Pironio, que la esperanza se vive precisamente en los tiempos difíciles, ella nace de la cruz y crece por la fe en el Señor de la historia” (Mensaje de la Comisión Episcopal de Caritas Argentina. 2024)

“Queridos hermanos y hermanas, hoy como en ese entonces, Jesús, la luz verdadera, viene a un mundo enfermo de indiferencia — ¡enfermedad grave! —, que no lo acoge (cf. Jn 1,11) No nos olvidemos hoy de tantos migrantes y refugiados que llaman a nuestra puerta en busca de consuelo, calor y alimento. No nos olvidemos de los marginados, de las personas solas, de los huérfanos y de los ancianos — la sabiduría de un pueblo — que corren el riesgo de ser descartados; de los presos que miramos sólo por sus errores y no como seres humanos. Abramos la puerta de nuestro corazón para contemplar el amor de Dios a nosotros. Aquel que es fuente de todo bien se hace pobre y pide como limosna nuestra pobre humanidad. Dejémonos conmover por el amor de Dios y sigamos a Jesús, que se despojó de su gloria para hacernos partícipes de su plenitud” (Papa Francisco. Ídem)

En este camino sinodal de la Diócesis de Quilmes, queremos transitar los caminos de la solidaridad y de la justicia social; el camino evangélico de la fraternidad. ¡Abramos las puertas al encuentro del Señor que viene! Él es nuestra Esperanza. Por eso: “Somos peregrinos de la Esperanza”.

Hermanas y hermanos: ¡FELIZ NAVIDAD!


+ Carlos José Tissera
Obispo de Quilmes

+ Eduardo Gonzalo Redondo
Obispo Auxiliar de Quilmes

Quilmes, 19 de diciembre de 2024

Entrados en el Adviento y en la previa de la fiesta de la Inmaculada Concepción, patrona de la diócesis de Quilmes, los padres obispos Carlos Tissera y Eduardo Redondo comparten la carta pastoral.

“LA ESPERANZA NO DEFRAUDA” (Rm. 5,5)

Hermanas y hermanos:

Con estas palabras de San Pablo, “la esperanza no defrauda”, el Papa Francisco nos ha convocado al Gran Jubileo 2025. En nuestra Diócesis de Quilmes recibimos esta convocatoria en medio de nuestro Camino Sinodal y preparándonos para celebrar nuestro propio Jubileo de los 50 años de la Diócesis del año 2026.

El lema para el AÑO SANTO 2025 es: “Peregrinos de la esperanza”. El tiempo de Adviento nos fortalece la esperanza. Ante la proximidad de la Navidad vamos preparando el corazón para recibir al Señor que viene. En las parroquias, capillas, también en los colegios y otras instituciones, se hace referencia a la Navidad organizando el pesebre, disponiendo el tradicional arbolito; en las familias ya vamos pensando cómo juntarnos para celebrar la Nochebuena. En un clima de oración, las comunidades van disponiendo todo para que muchos hermanos puedan participar de las celebraciones de Navidad, Año Nuevo y Reyes.

“La esperanza no defrauda”  porque está puesta en Jesús. Lo veremos pobre y humilde recostado en el pesebre, junto a María y José. Un hogar sencillo de Israel; ellos son de los que esperaban al Mesías, confiando en las promesas de los profetas, sufriendo la opresión de los dominadores que los despojaban de todo, pero no de su fe en el Salvador prometido. 

Contemplando al Niño Jesús, tan pobre en el pesebre de Belén, contemplamos a nuestros niños. En nuestra Diócesis más del 65 % de niños son pobres. La crisis socioeconómica por la que atravesamos nos duele tremendamente. Nos duele que muchos hogares no puedan tender la mesa como quisieran para la Nochebuena. Nos duele que muchos hayan quedado sin trabajo y que los abuelos estén padeciendo no tener los remedios necesarios para sus tratamientos. Nos duele ver tantos adolescentes y jóvenes expuestos al consumo problemático que ha crecido notablemente en nuestras comunidades y barrios. Nos duele que la mayoría de nuestros niños, adolescentes y jóvenes son pobres. Muchos se sienten defraudados por los dirigentes políticos que ha prometido un cambio para la sociedad, pero que día a día experimentan que es mayor el empobrecimiento y la complicación para vivir dignamente; si hay alguna mejora es para un pequeño sector de mucho poder adquisitivo. La desigualdad en el esfuerzo por salir adelante, desalienta y duele mucho.

“La esperanza no defrauda” Hoy, también nosotros, desde nuestra familia, desde nuestra Comunidad, en la situación que estemos, queremos proclamar con alegría que JESÚS NACE. Que Dios nunca abandona. Que Él es el Señor de la historia. Que Él nos hace hermanos y nos invita a mirarnos a los ojos y reconocernos hermanos.

“Peregrinos de la esperanza”. En estos años, en nuestra Diócesis de Quilmes, venimos haciendo juntos un camino sinodal. Hubo una actitud que ha sido permanente: ESCUCHAR. Escuchar al Espíritu Santo que nos habla en la Palabra de Dios, en la persona del hermano o hermana, y en la escucha de nuestro propio corazón. Eso nos ha permitido DIALOGAR con sinceridad, con respeto, con humildad, con generosidad y coraje. Hemos experimentado que todos tenemos dones muy valiosos que Dios nos regaló a cada uno. Lo hemos sabido poner en común, participando en distintas instancias propuestas en el andar diocesano. 

Un signo de esperanza son los ENCUENTROS SINODALES de cada DECANATO realizados el año pasado y este año. Destacamos lo bueno de encontrarnos, confraternizar, celebrar juntos la fe, experimentar la “conversación en el Espíritu” y, a partir de ahí, encontrar juntos LÍNEAS DE ACCIÓN para nuestra pastoral. Hemos compartido los sueños que tenemos y los deseos de renovación para nuestra Iglesia. Todos acordamos que estamos llamados a vivir profundamente LA MISIÓN en toda la pastoral. Que LOS JÓVENES requieren nuestra atención comprometida; ir al encuentro de los jóvenes en donde están y hacerlos también protagonistas y hacedores de la Comunión. El TRABAJO EN RED Y SALIR AL ENCUENTRO DE LAS INSTITUCIONES de nuestros barrios y comunidades, para el servicio del bien común. Estas son las líneas de acción comunes a todas las parroquias de los decanatos.

“Peregrinos de la esperanza” será el lema que nos acompañe este AÑO SANTO 2025.

El 24 de diciembre el Papa Francisco abrirá LA PUERTA SANTA en la Basílica de San Pedro. 

El domingo 29 de diciembre, a las 19 horas abriremos LA PUERTA SANTA en la CATEDRAL DE QUILMES. Estarán presentes los responsables de las IGLESIAS JUBILARES de la Diócesis. Todo el Pueblo de la Diócesis de Quilmes está invitado a participar.

Éstas son las Iglesias Jubilares, que cuentan con la PUERTA SANTA:
Decanato Quilmes Centro: Iglesia Catedral y Parroquia Ntra. Sra. de la Guardia.
Decanato Quilmes Oeste I: Parroquia Santuario Ntra. Sra. de Lourdes y Parroquia Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro.
Decanato Quilmes Oeste II: Parroquia San Francisco Solano y Parroquia Santuario San Cayetano.
Decanato de Berazategui: Parroquia de la Sagrada Familia. Parroquia Ntra. Sra. de Luján y Parroquia Santuario San Cayetano.
Decanato Florencio Varela: Parroquia San Juan Bautista. Santuario Ntra. Sra. de Schöenstatt. Parroquia Santuario San Cayetano. Casa de Encuentros Santo Cura Brochero. La Carpa Misionera Ntra. Sra. de Luján.

Pronto, antes de la Apertura de la PUERTA SANTA en la Catedral, difundiremos una publicación explicando el Año Santo y un subsidio que ayude a organizar las celebraciones y eventos en cada Iglesia Jubilar.

ABRAMOS LAS PUERTAS A NUESTRO REDENTOR. Realmente se abre UNA PUERTA para nuestras vidas personales y para nuestras Comunidades.  Este es el signo fuerte para este tiempo.  Él viene a traer salvación para el que estaba perdido. Es la luz que brilla en la oscuridad. Es el amor que viene a disipar los odios y los resentimientos. El viene y está presente en los que luchan por la justicia y la paz.

Celebramos el 8 de diciembre a la Inmaculada Concepción, patrona de nuestra Diócesis. Ella es la PUERTA por la que Dios entra y se hace hombre: JESÚS. En Él palpamos el inmenso amor misericordioso de Dios. María lo toma en sus brazos y lo ofrece a cada uno de nosotros, para que lo recibamos en cada hermana, en cada hermano en esta Navidad.

Con el Padre Obispo Eduardo, les deseo una hermosa fiesta de la Virgen y una serena preparación de la Navidad.

Con todo afecto, nuestra bendición

+ Carlos José Tissera
Obispo de Quilmes

+ Eduardo Gonzalo Redondo
Obispo Auxiliar de Quilmes

Los obispos de Quilmes Carlos Tissera y Eduardo Redondo, junto con la Vicaría de Educación de la Diócesis de Quilmes, saludan a las y los educadores este 11 de septiembre, jornada en que se celebra el Día del Maestro. Y adhieren al mensaje de los obispos de la Comisión de Educación de la Conferencia Episcopal Argentina y de los presidentes de CONSUDEC y FAERA, de reconocimiento y felicitación.

El mensaje se trascribe a continuación.

11 de septiembre
Día del Maestro


Enseñar al que no sabe es una obra de misericordia

Queridos docentes: 

Reciban nuestro reconocimiento por lo que es para ustedes un digno trabajo y una pasión; no desconocemos que muchas veces llevan este arte superior de la enseñanza en medio de pruebas y desafíos, agravados por el contexto social y cultural que todos conocemos. Aun así, pensando en las personas que tienen a su cargo, semana tras semana emprenden la silenciosa tarea de construir la base más sólida y noble de la convivencia nacional. Sepan que no están solos, porque en los lugares más extremos del país existe un ingente número de hombres y mujeres de la educación que comparten este ideal.

En su tiempo, san Pablo, probado también, pero animado por el celo de la evangelización, le escribía a la comunidad dividida de Corinto: «Yo planté y Apolo regó, pero el que ha hecho crecer es Dios. No hay ninguna diferencia entre el que planta y el que riega; sin embargo, cada uno recibirá su salario de acuerdo con el trabajo que haya realizado» (1Cor 3, 6.8). 

Ciertamente, la educación no es una siembra, pero podemos decir que tienen asombrosas semejanzas, porque ustedes se pasan muchas horas esparciendo semillas de saberes con las ciencias de la pedagogía y la didáctica, respetando las edades y las diversas capacidades intelectuales de niños y niñas, adolescentes y jóvenes. El proceso educativo que tiene tantas bondades, sin embargo, no le permite al educador apreciar frutos inmediatos que solo se dan a largo plazo. Eso es porque los tiempos de la educación son muy diversos a cualquier otra actividad humana, y en este sentido debemos aprender de la paciencia del agricultor. No obstante, todos reconocemos que su proyección es inimaginable en la construcción de una sociedad más justa y fraterna.

Pero no podemos omitir una realidad que nos humilla a todos, a la vez que nos interpela. Enseñar en algunos ambientes con índices extremos de pobreza infantil hace pesar sobre la escuela un desafío muy grande. Aun así, el Papa Francisco nos dice: «Educar es un acto de esperanza». Sí, educamos en esperanza, porque privarlos de este derecho humano fundamental sería dejarlos librados a la indigencia más humillante, sin posibilidad de una vida digna, sin medios de saber, de pensar, de trascender y aun de conocer y amar a Dios, «fuente de toda razón y justicia». El compromiso con esta realidad define al docente como el agente social más solidario al lado de las familias más vulnerables. La Iglesia cuenta con ustedes porque forman parte de su misión evangelizadora.

Los invitamos a que el próximo 17 de septiembre nos unamos en oración para agradecer a Dios por la vida y entrega de Don José Manuel Estrada (1842-1894), educador laico, quien jugó un valiente protagonismo ante lo que se conoció como la Generación del Ochenta, en defensa de la fe y la religión, la libertad, la República y la Constitución. Con él hacemos memoria agradecida de la multitud de docentes anónimos y pedimos para todos ellos a Nuestro Padre del Cielo que les permita gozar de la luz de su rostro.

Jesús Maestro los bendiga a ustedes y a sus familias, los fortalezca ante las pruebas y los consuele en la adversidad. La Virgen de Luján los cuide en el camino de la vida.

Los obispos de la Comisión de Educación CEA
Presidente del CONSUDEC y FAERA

Circular Nº 08/2024

Hermanos Sacerdotes y Diáconos:

¡Alegría y paz en el Señor!

Todos estamos enterados de que el fin de semana del 7 y 8 de septiembre se realiza en todo el país la Colecta “Más por menos”. Este año con el lema: “Para salvarnos, hay que juntarnos y arremangarnos”.

Es importante que la motivemos en todas nuestras comunidades; no hace falta abundar en las razones por las que tenemos que ser solidarios y generosos. El fin de la Colecta es ayudar a las hermanos y hermanos más necesitados, para que puedan beneficiarse con las obras que se realizan en lugares de culto y en centros de ayuda y promoción humana. Las diócesis que están en mejores condiciones económicas por medio de esta Colecta ayudan a las más necesitadas.

En la información que ya se ha compartido se encuentran las diferentes maneras de efectivizar la colaboración. Lo más tradicional es la colecta realizada en las celebraciones litúrgicas del 7 y 8 de septiembre. Los sobres han sido entregados a las parroquias; aunque no es imprescindible hacerlo de esa manera.

Nuestra Diócesis de Quilmes se encuentra entre las diócesis más necesitadas del país. La Comisión Episcopal que organiza la Colecta “Más por menos”, a fin de año, nos comunica cuál es el monto que nos corresponde. Desde hace varios años, siempre solicitamos a los sacerdotes y diáconos a cargo de parroquias que presenten al obispo los proyectos que crean convenientes. En marzo, se determina cuáles proyectos se sostendrán y la cantidad de dinero correspondiente. El criterio es ayudar a varios proyectos, distribuidos en dos grandes rubros: para lugares destinados al culto y para lugares destinados a la promoción humana.

La Colecta coincide cada año con nuestra Peregrinación Diocesana a Luján. Los que van en micros suelen recoger los sobres en el viaje y luego se entregan a los responsables de la parroquia designados para tal fin. De todos modos se puede colaborar en cualquier otro momento del mes y del año.

Agradezco la difusión de esta invitación. ¡Dios los bendiga!

Carlos José Tissera
Obispo de Quilmes

Quilmes, 03 de setiembre de 2024.

Este 21 de agosto, memoria de San Pío X, los obispos de Quilmes Carlos José Tissera y Eduardo Gonzalo Redondo saludan a las y los catequistas en su día: «Ser catequista es ser llamado por Jesús para prolongar su misión y hacer sonar fuerte su Palabra en el corazón»