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HOMILÍA DE LA MISA DE ORDENACIÓN DIACONAL
Sábado 17 de agosto de 2024
Iglesia Catedral de Quilmes

“Hagan todo lo que Él les diga”

Queridas hermanas y hermanos:
Muy queridos César Ángel, Fabián, Diego, César Eduardo y César Jorge:

Ustedes pusieron como lema de su Ordenación Diaconal, la frase de la Madre de Jesús a los sirvientes del banquete de las bodas de Caná: “Hagan todo lo que Él les diga”. En esta mañana ¿Qué nos ha dicho el Señor? “El que no recibe el Reino de Dios como un niño, no entrará en él”.

Cuando traen a Jesús “a unos niños para que los tocara”, los discípulos se molestan e intentan rechazarlos. Jesús se enoja frente a la actitud de los discípulos, y aprovecha para una enseñanza: sólo los que son como ellos, los últimos de la sociedad de ese tiempo, libres de la ambición y de la sed de poder, podrán entrar en el reino de Dios; ser parte de esa humanidad que sirve a Dios y no al dinero y sus intereses, y construye relaciones de paz, de justicia, de amor gratuito y de perdón.

Ustedes han elegido este evangelio tan apropiado para la misión que hoy Dios les encomienda y para ella los consagra. El Papa Francisco diría: “No se la crean”, “no se agranden”. Jesús nos dice: sean como niños. De esa manera el servicio, la diaconía, se parecerá a Jesús Servidor, “que no vino a ser servido, sino a servir”. “Él, que era de condición divina… se anonadó a sí mismo, tomando la condición de esclavo… Y presentándose con aspecto humano, se humilló hasta aceptar por obediencia la muerte y muerte de cruz”.

“El diácono es consagrado para el servicio: sirve y enseña a servir a los hermanos. Son muchos los modos y vastas las posibilidades de ejercer, a favor de todo el Pueblo de Dios, el triple servicio de la Palabra, de la Liturgia y de la Caridad que le corresponde según su propio grado ministerial. En profunda comunión con el Obispo y los presbíteros, con ellos está al servicio del sacerdocio y la diaconía bautismal del entero Pueblo de Dios” (Directorio n° 11)

Ustedes, como hombres de la Palabra y del Espíritu, están llamados a vivir y animar la conversión pastoral y misionera del Pueblo de Dios, para que el anuncio de Jesucristo impregne todas las acciones pastorales de la Iglesia y la vida misma de los discípulos misioneros. De ustedes se espera que sean testigos e instrumentos vivos para despertar vocaciones misioneras en las comunidades.

Al servir al Pueblo de Dios pongan mucho cuidado en alentar y fortalecer la piedad popular, impregnándola con la Palabra de Dios y orientándola a la vida eucarística, en orden a “aprovechar el rico potencial de santidad y de justicia social que encierra la mística popular. Esto supone “acercarse a la piedad popular con la mirada del Buen Pastor, que no busca juzgar, sino amar” (cfr. Directorio n° 20)

El mandato misionero de Jesús implica ir a los más alejados de los ámbitos eclesiales. El anuncio misionero del Evangelio supone para el diácono la decisión personal de contribuir a la renovación misionera de las comunidades cristianas. Hoy y siempre los pobres son los destinatarios privilegiados del Evangelio, y la evangelización dirigida gratuitamente a ellos es signo del Reino que Jesús vino a traer. (Cfr. EG 48)

Es oficio propio del diácono administrar solemnemente el Bautismo, reservar y distribuir la Eucaristía, asistir al matrimonio y bendecirlo en nombre de la Iglesia, llevar el viático a los moribundos, leer la Sagrada Escritura a los fieles, instruir y exhortar al pueblo, presidir el culto y oración de los fieles, administrar los sacramentales, presidir el rito de los funerales y sepultura. Ustedes servirán en calidad de ministros a la santificación de la comunidad cristiana en comunión jerárquica con el obispo y con los presbíteros.

Solamente a través de un encuentro profundo y permanente con la Eucaristía, sacramento del servicio y de la caridad, ustedes diáconos podrán realizar su misión de ser testigos del misterio de Cristo, diácono del Padre y de los hombres.

Como signos de Cristo Siervo, ustedes están llamados a hacer presente, en medio del sufrimiento humano, el rostro misericordioso y lleno de ternura del Padre. Esto es el corazón mismo de su propia vocación. El Señor se involucra e involucra a los suyos, poniéndose de rodillas ante los demás para lavarlos. Pero luego dice a sus discípulos: “serán felices si hacen esto” (Jn. 13, 17) La comunidad evangelizadora se mete con obras y gestos en la vida cotidiana de los demás, achicando distancias, se abaja hasta la humillación si es necesario, y asume la vida humana, tocando la carne sufriente de Cristo en el pueblo. (Directorio n° 47)

La caridad de las obras corrobora la caridad de las palabras. Un lugar privilegiado donde la Iglesia se hace casa y escuela de comunión es Caritas. Al unir en su acción, de un modo indisoluble y estable, las exigencias de la asistencia, la promoción humana y la evangelización, es la organización de la caridad eclesial que expresa de modo concreto el amor preferencial a los pobres y es agente de transformación en la sociedad. El servicio de Caritas, tanto diocesano como parroquial, es un ámbito especialísimo de acción del ministerio diaconal. Su presencia no puede faltar en la animación de la caridad de la Comunidad. (Directorio n° 50)

En este día tan feliz para ustedes, para sus esposas, sus hijos y familia, para sus comunidades y para toda la diócesis, queremos agradecer la tarea de nuestro Instituto Diaconal que los ha recibido y los acompañó en la formación durante estos años. Agradecer a sus párrocos y a los sacerdotes que contribuyeron en su formación académica y pastoral. Nuestro agradecimiento particular a sus esposas y a sus hijos, que han estado tan presentes en su camino de formación.

Estamos caminando juntos; vamos haciendo un camino sinodal de la mano del pueblo de Dios que camina en Latinoamérica y el Caribe, bajo la guía pastoral del Papa Francisco. Que encuentren, en primer lugar, en sus hermanos diáconos la cercanía y el apoyo, la comprensión y el consejo, para vivir la comunión con el Obispo y el Presbiterio. De esa manera, mostraremos al pueblo de Dios un testimonio de fraternidad y de alegría en el servicio.

Que la Virgen Inmaculada, que en las bodas de Caná dijo a aquellos servidores: “Hagan todo lo que Él les diga”, los acompañe cada día en el servicio diaconal.

+ Carlos José Tissera
Obispo de Quilmes

El sábado 17 de agosto por la Imposición de manos y la Oración del Padre Obispo Carlos José Tissera serán ordenados diáconos permanentes César Ángel Lucio Aranda, Vicente Fabián FedericoDiego Alejandro LópezCésar Eduardo Nogués y César Jorge Oliva, ministros formados en el Instituto de Formación Diaconal San Lorenzo Mártir de la Diócesis de Quilmes, que eligieron como lema de ordenación «Hagan lo que Él les diga» (Jn 2, 58)

La celebración eucarística será a las 10 de la mañana en la Iglesia Catedral de Quilmes (Rivadavia 355, Quilmes Centro). La misa se transmitirá en vivo por Youtube.com/DiocesisQuilmesOficial

Rezamos por la preparación de estos hermanos y por las vocaciones.

En el marco de las celebraciones por el 23º aniversario de la pascua del primer obispo de Quilmes, Siervo de Dios Jorge Novak svd, el Instituto Diaconal San Lorenzo Mártir invita al taller «Jorge Novak: La Iglesia y la Dictadura», que brindará el presbítero Luis Liberti svd

El encuentro de formación se realizará el miércoles 03 de julio a las 19 h. en el salón Mama Antula (Av. Calchaqui 1371, Quilmes Oeste).

El espacio es abierto a la comunidad y se invita de manera especial a los Diáconos y sus esposas como parte de la Formación Diaconal Permanente. También se podrá seguir en vivo por  Youtube.com/DiocesisQuilmesOficial.

El Obispo de Quilmes, Carlos José Tissera, y el Obispo Auxiliar, Eduardo Gonzalo Redondo, comparten con alegría la noticia de las ordenaciones que se realizarán en la diócesis de Quilmes en julio y agosto próximos:

Por la imposición de manos y la oración del Padre Obispo Carlos el viernes 05 de julio serán ordenados presbíteros los diáconos formados en el seminario diocesano «María Reina de los Apóstoles» Amado Roberto BarúaJoaquín Ernesto García y Sergio Adrián Britez. La celebración será a las 19 h en la Iglesia Catedral de Quilmes (Rivadavia 355, Quilmes Centro).

Mientras que el sábado 17 de agosto a las 10 h serán ordenados diáconos permanentes Vicente Fabián FedericoDiego Alejandro LópezCésar Jorge OlivaCésar Ángel Lucio Aranda y César Eduardo Nogués. La misa también será en la Iglesia Catedral de Quilmes.

Los padres obispos invitan a la comunidad diocesana de Quilmes a unirse en la oración por la preparación de estos hermanos y por las vocaciones.

Este lunes 25 de marzo celebramos el 40º aniversario de la ordenación del primer grupo de diáconos egresados de la Escuela de Ministerios de la Diócesis de Quilmes, ocurrida en 1984 en la Iglesia Catedral.

De una manera especial nos unimos a la acción de gracias por Jorge Laszuk de la parroquia San Juan Bautista, integrante de este primer grupo de diáconos, y rezamos por sus compañeros fallecidos: Juan B. Cucci, Alfio Fattori, Enrique M. Lombán, Prudencio Pío Romero, Sixto J. A. Silvero y Luis J. E. Timossi.

El sábado 06 de abril a las 18.00 h se hará una celebración de acción de gracias en la Capilla San Pedro Apóstol (Juárez Celman y Finochieto, Florencio Varela), perteneciente a la parroquia San Martín de Porres, donde el diácono permanente Jorge Laszuk sirvió durante 21 años.

A continuación, compartimos la tarjeta de invitación de estas históricas ordenaciones en la Diócesis de Quilmes.

HOMILIA DE LA MISA DE ORDENACIONES DIACONALES
Iglesia Catedral, lunes 20 de noviembre de 2023


“Quien entre ustedes quiere ser grande,
Que se haga servidor de todos”
 (Mt. 20, 26)

Hermanas y hermanos:

Para la Diócesis de Quilmes hoy es un día de fiesta. Es una fecha de trascendental importancia para la vida de ustedes, queridos hermanos Sergio, Jorge, Daniel, Marcelo, Mauro y Raúl, alegría que comparten con sus esposas e hijos.

“Quien entre ustedes quiere ser grande, que se haga servidor de todos” (Mt. 20, 26), es el lema que ustedes han elegido para sus vidas, tomado del evangelio que se ha proclamado.

El don del Espíritu Santo los fortalecerá para que ayuden al Obispo y al presbiterio, anunciando la Palabra de Dios, actuando como ministros del altar y atendiendo las obras de caridad, como servidores del pueblo de Dios. Como ministros del altar, proclamarán el Evangelio, prepararán el sacrificio de la Eucaristía, y repartirán el Cuerpo y la Sangre del Señor a todos los fieles.

De acuerdo con el mandato recibido del Obispo les corresponde evangelizar en esta sociedad, catequizar a los creyentes. También podrán dirigir las celebraciones litúrgicas, administrar el bautismo, autorizar y bendecir los matrimonios, llevar la comunión a los enfermos y moribundos y presidir las exequias.

Consagrados por la imposición de las manos, practicada desde el tiempo de los apóstoles, y estrechamente unidos al altar, cumplirán el ministerio de la caridad en nombre del Obispo y del párroco.

Con la ayuda de Dios, deberán obrar de tal manera que los reconozcan como discípulos de Aquél que no vino a ser servido sino a servir. Serán ordenados para el servicio, para hacer presente a Jesús que lava los pies de la humanidad hambrienta de fe, de esperanza, de consuelo y misericordia. Lavar los pies cansados de caminar sin rumbo y heridos por la injusticia y el maltrato. Los pies de los pobres y descartados, de los que son despreciados y olvidados. Los pies de los que se han embarrado en tantas miserias humanas, y de los que viven el encierro de la soledad. Son nuestros pies; los que el mismo Jesús quiere lavar con su amor.

Sean hombres alegres y disponibles. Personas que en la comunidad tienden puentes y no levantan muros. Que escuchan antes de hablar. Apasionados por servir a la verdad, con serenidad y dulzura. Despojados de ambiciones de poder y de privilegios. Generosos y comprensivos. Dispuestos a colaborar con las causas justas de los vecinos. Hombres de diálogo con sus fieles, con los sacerdotes y el obispo. Constructores de la unidad y de la paz.

“El camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio” (Francisco. Discurso en el 50° Aniversario del Sínodo de los Obispos. 17/10/2015)

“En una Iglesia sinodal, los ministros ordenados están llamados a vivir su servicio al Pueblo de Dios con actitudes de cercanía a las personas, de acogida y de escucha a todos y a cultivar una profunda espiritualidad personal y una vida de oración. Sobre todo, están llamados a repensar el ejercicio de la autoridad desde el modelo de Jesús que, “a pesar de su condición divina (…) se rebajó a sí mismo, tomando la condición de esclavo” (Fil 2, 6-7). La Asamblea (del Sínodo) reconoce que muchos presbíteros y diáconos, con su entrega, hacen visible el rostro de Cristo, Buen Pastor y Siervo” (Relación de síntesis del XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, II parte, n. 11)

Todos ustedes han sido llamados por el Señor para ser ministros ordenados para la Iglesia de este tiempo; una Iglesia que definitivamente transita el camino de la sinodalidad para ser los primeros responsables, juntos con todos nosotros, de vivir y servir a la comunión, la misión y la participación en nuestra Iglesia diocesana, unidos al sentir de la Iglesia universal. Es la Iglesia del Concilio Vaticano II que nuestro primer pastor, el Siervo de Dios Padre Obispo Jorge Novak, gestó e implementó a lo largo de su pastoreo en esta Diócesis de Quilmes.

Vivimos tiempos difíciles, como lo decía el sábado en la Misa de la Esperanza. Es preciso fijar la mirada en Jesús, el único Mesías. Repito palabras del futuro beato Cardenal Pironio, que cité: “Los tiempos difíciles exigen hombres fuertes; es decir, que vivan en la firmeza y la perseverancia de la esperanza. Para ello hacen falta hombres pobres y contemplativos, totalmente desposeídos de la seguridad personal para confiar solamente en Dios, con una gran capacidad para descubrir cotidianamente el paso del Señor en la historia y para entregarse con alegría al servicio de los hombres en la constitución de un mundo más fraterno y más cristiano” (Card. Pironio. “Meditación para tiempos difíciles”. Ed. Patria Grande. Pg. 62-63) No se dejen arrancar del corazón la esperanza del Evangelio, al que deben no sólo escuchar, sino además servir. Viviendo el misterio de la fe con alma limpia, muestren en sus obras la palabra que proclaman para que el pueblo cristiano, vivificado por el Espíritu Santo, sea oblación agradable a Dios, y ustedes, en el último día, puedan salir al encuentro del Señor, y oír de Él estas palabras: “Bien, servidor bueno y fiel, entra en el banquete de tu Señor”.

Agradezco a las esposas de ustedes. El matrimonio los ha consagrado para ser signos del Dios que hizo alianza con nosotros. Gracias a ustedes esposas y madres. Gracias a sus hijos. Ellos, que son regalo de Dios, como fruto del amor, los han hecho hombres generosos, cercanos, con amor tierno, fuerte y fiel. Gracias a todos sus hijos. Gracias a las Comunidades de donde proceden. En medio de ellas experimentaron el llamado a este servicio diaconal. Gracias a sus párrocos y acompañantes espirituales. Gracias al Instituto Diaconal “San Lorenzo, diácono y mártir”, a sus formadores. Gracias a los hermanos diáconos que los han acompañado en la formación inicial, y que serán mentores importantes en su formación permanente. ¡Gracias!

La Virgen, mujer fiel y servidora del Señor, los acompañe en su ministerio.

+ Carlos José Tissera
Obispo de Quilmes

El lunes 20 de noviembre serán ordenados diáconos permanentes, por imposición de manos y la oración de los obispos de Quilmes Carlos José Tissera y Eduardo Gonzalo Redondo, Sergio Alexis Bascur FritzJorge FariñasDaniel José IturvideMarcelo MacielMauro Sebastián Molina y Raúl José Reveinera, que han hecho su camino de formación en el Instituto «San Lorenzo Mártir» de la Diócesis de Quilmes. La celebración Eucarística será a las 10.00 de la mañana en la Iglesia Catedral de Quilmes (Rivadavia 355, Quilmes Centro).

El lema que han elegido estos hermanos para este paso tan importante en sus vidas y en el de toda la iglesia diocesana es «Quien entre ustedes quieran ser grande que se haga servidor de todos» (Mt. 20, 26). La celebración se transmitirá en vivo por Youtube.com/DiocesisQuilmesOficial

Se invita a toda la comunidad diocesana a unirse en la oración por la preparación de estos hermanos y por las vocaciones.

¡Muchas felicidades y paz en este día!

“El que quiera servirme será honrado por mi padre” (Jn 12, 26)

Queridos hermanos diáconos:

El día de hoy es muy especial para la vida de nuestra diócesis, para cada uno de ustedes y sus familias. Queremos compartirlo y celebrarlo juntos. El diácono transitorio y el casado, como todas las vocaciones y ministerios en la Iglesia, tiene su raíz en el sacramento del bautismo: Todos somos hijos de Dios, todos tenemos la misma dignidad, y en Él, todos somos hermanos y hermanas. El diaconado, particularmente el permanente, es discernido y rezado en el corazón de la familia y la comunidad cristiana. Ésta es la base para una Iglesia sinodal.

En este sentido el magisterio del Padre Obispo Jorge Novak nos enseña que: «El diácono casado hace partícipe del ejercicio de su ministerio a la esposa, con la que comparte el crecimiento en el nuevo ministerio. Su primera función diaconal es la de mostrar al Señor en su propia familia y en la de los vecinos, parientes y otras personas, entre las cuales realiza tareas de pastor, para construir la Iglesia doméstica.»[1]

El diácono casado vive en familia que es la primera comunidad eclesial. Quizá hoy, sostener, contener y acompañar la propia familia sea uno de los mayores desafíos, sino el mayor, que el Señor te regaló. Por eso, nunca te olvides que Dios te llama a vivir el ministerio desde tu familia. Dios te llama para servir, desde tu raíz, y tu raíz está donde está tu corazón. 

Por eso en este día le pedimos al Señor que continúes profundizando tu raíz en la vida de tu familia y que luches por eso, aunque cueste. El servicio diaconal comienza allí. Un ministerio sin raíces, no es un servicio gratuito, se puede confundir y convertirse en un trabajo separado de la fe y del corazón. Ahí se vuelve poder y podemos olvidarnos hasta de Dios.

Desde el inicio del ministerio episcopal, nuestro Padre Obispo Jorge Novak nos enseñó que la misión de la Iglesia es evangelizar, haciendo presente a Jesús crucificado y resucitado, asumiendo un estilo de Iglesia, toda ella ministerial, comunitaria y comprometida con los pobres, encontrando en el bautismo la fuente de todas las vocaciones.[2]

“El diácono está vinculado de modo muy estrecho al mundo laico, especialmente por su trabajo propio… Cumplirá ejemplarmente con su trabajo y ejercerá su ministerio animado en la fe, sembrando la semilla evangélica y ofreciendo los servicios que estén a su alcance y que los otros requieran.»[3]

“Este estilo en nuestra diócesis nos obliga a establecer el diálogo sincero, continuo y responsable entre el colegio presbiteral y el colegio diaconal. Es una tarea de vastas proyecciones y de indudable servicio edificante a favor de nuestras comunidades que la asumimos con ilimitada confianza en la gracia de Cristo.”[4]

El documento de los Obispos Latinoamericanos en Aparecida, 2007, en el Nº 207 nos anima en la vivencia del diaconado permanente desde la familia:  los habilitará a ejercer con fruto su ministerio en los campos de la evangelización, de la vida de las comunidades, de la liturgia y de la acción social, especialmente con los más necesitados, dando testimonio, así, de Cristo servidor al lado de los enfermos, de los que sufren, de los migrantes y refugiados, de los excluidos y de las víctimas de la violencia y encarcelados. 

Y termina en el Nº 208 expresando que se espera de los diáconos un testimonio evangélico y un impulso misionero para que sean apóstoles en sus familias, en sus trabajos, en sus comunidades y en las nuevas fronteras de la misión

Pidámosle a San Lorenzo, patrono de los diáconos, que interceda por cada uno de ustedes y sus familias regalándoles la gracia de:

  • Caminar juntos, haciendo real el sueño de Dios de una Iglesia que no deje a nadie afuera y en la que todos y todas somos hermanos y hermanas de camino.
  • Vivir una Iglesia que sea familiar y cercana, comenzando por la propia familia.
  • Asumir la comunión y la participación como estilo de Jesús en la misión, desde los pobres.
  • Alimentar la vida con la oración personal y comunitaria teniendo la eucaristía en el centro.

Con nuestros deseos de paz y bien.

+ Carlos José Tissera
Obispo de Quilmes

+ Eduardo Gonzalo Redondo
Obispo Auxiliar de Quilmes

Quilmes, 10 de agosto de 2023.

La Comisión de Memoria Siervo de Dios Padre Obispo Jorge Novak invita al taller «Padre Obispo Jorge Novak, amigo y padre de los Diáconos», que se realizará el miércoles 05 de julio a las 19.00 en el Ateneo de Lourdes Primer Piso (Av. Calchaquí 1371, Quilmes Oeste)

Este encuentro está pensado como formación permanente para los diáconos ordenados, para los aspirantes al diaconado, y para la comunidad diocesana en general.

Se invita a llevar equipo de mate y anotador.