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Mensaje de Navidad 2023

Esta Navidad nos encuentra como Nación en una situación crítica. No se necesita repasar cifras ni cuadros. 

  • Los últimos años han sido ya muy difíciles. Muchos han perdido la esperanza, otros se han cansado de creer y apostar en cambios, otros piensan en la posibilidad de irse, y muchos más de los que pensamos parece que añoran un ayer que no queremos que vuelva “nunca más”.
  • En general, de parte de la mayoría de las clases dirigentes, y de nosotros cristianos también, hay muy poca autocritica, y casi nadie pide perdón. Al contrario, muchos continúan pavoneándose por los atajos de la politiquería donde el bien común deja ser común y se vuelve un sálvese quien pueda. Da la sensación de que se hace borrón y cuenta nueva. 
  • Los que siempre tuvieron todo, lo siguen teniendo todo. Quien paga el ajuste es la mayor parte de la sociedad. Los que quieren ganarse el pan trabajando, darles estudio a sus hijos, salud, techo digno, comida caliente, y especialmente los más pobres y descartados que cada vez son más y más. 
  • Cada día que pasa cuesta más comprar lo que necesitan nuestras familias para comer, ni que hablar de los medicamentos, la ropa, el transporte y de todo lo básico para vivir. 
  • Parece acentuarse, de muchas formas, un cierto individualismo. En este sentido el Papa Francisco les recordaba a los jóvenes: “Si una persona les hace una propuesta y les dice que ignoren la historia, que no recojan la experiencia de los mayores, que desprecien todo lo pasado y que sólo miren el futuro que ella les ofrece, ¿no es una forma fácil de atraparlos con su propuesta para que solamente hagan lo que ella les dice? Esa persona los necesita vacíos, desarraigados, desconfiados de todo, para que sólo confíen en sus promesas y se sometan a sus planes.” (Cf. Fratelli Tutti n. 13)

¿Qué significan hoy algunas expresiones como democracia, libertad, justicia, unidad? Han sido manoseadas y desfiguradas para utilizarlas como títulos vacíos de contenido que pueden servir para justificar cualquier acción. (Cf. Fratelli Tutti n. 14)

Se celebra este año, 40 años de democracia. Ayer como hoy Jesús vuelve a nacer. En la homilía de aquella Navidad de 1983, nuestro Padre Obispo, el siervo de Dios Jorge Novak, se mostraba, por un lado, esperanzado, y expresaba: “Demos gracias a Dios por los gestos de madurez cívica, por los propósitos de honestidad, por el empeño de recuperar el sentido de la justicia”. Pero también advertía, con sentido profético, que: “No nos dejemos engañar por falsas ilusiones, no nos dejemos desviar por falaces fórmulas de felicidad”. Y culminaba haciendo un llamado a los cristianos: “Lo importante es llegar a nuestros hermanos que sufren y esperan nuestra mano tendida; esperan, sobre todo, nuestro corazón abierto”.

Asumamos juntos el compromiso que una vez hiciera nuestro recordado siervo de Dios,  Padre Obispo Jorge que, en medio de la noche más oscura del país, desde la impotencia de sentir que todo es difícil y que no hay caminos posibles, y estando en los pesebres vivientes de tantos hermanos/as se animó a “Seguir Naciendo. Y haciéndose hermano de los pobres de la tierra, se convirtió en profeta de esperanza. No caigamos en la angustia de la tormenta en medio de la noche.

“Señora del amor y de la Paz, 
que esta Navidad sea el comienzo de una nueva claridad. 
Que el Amor sustituya la violencia,
y que la justicia engendre la verdadera paz. 
Ayúdanos a gritarle a los que odian, 
que Dios es Padre y nos ama;
y a los que tienen miedo
y están desanimados,
que Dios está naciendo entre nosotros y nos acompaña.

Que en esta Navidad nazca de nuevo Jesús,
para nuestra familia y para todos, 
para nuestro barrio y nuestro pueblo,
para nuestra Patria y para el mundo entero.
Así podremos anunciar también nosotros: 
‘NOS HA NACIDO EL SALVADOR,
QUE ES CRISTO, EL SEÑOR’. AMEN”. 
(Cfr. Beato Card. Pironio. Oración del pesebre)


Caminemos juntos. Seamos hermanos que construyen comunidad. Vayamos, como los pastores de Belén, a abrazar cada vida amenazada. Anunciemos, junto a los ángeles, que nunca es tarde para “seguir naciendo”.


+ Carlos José Tissera
Obispo de Quilmes

+ Eduardo Gonzalo Redondo
Obispo Auxiliar de Quilmes

Quilmes, 21 de diciembre de 2023

¡Muchas felicidades y paz en este día!

“El que quiera servirme será honrado por mi padre” (Jn 12, 26)

Queridos hermanos diáconos:

El día de hoy es muy especial para la vida de nuestra diócesis, para cada uno de ustedes y sus familias. Queremos compartirlo y celebrarlo juntos. El diácono transitorio y el casado, como todas las vocaciones y ministerios en la Iglesia, tiene su raíz en el sacramento del bautismo: Todos somos hijos de Dios, todos tenemos la misma dignidad, y en Él, todos somos hermanos y hermanas. El diaconado, particularmente el permanente, es discernido y rezado en el corazón de la familia y la comunidad cristiana. Ésta es la base para una Iglesia sinodal.

En este sentido el magisterio del Padre Obispo Jorge Novak nos enseña que: «El diácono casado hace partícipe del ejercicio de su ministerio a la esposa, con la que comparte el crecimiento en el nuevo ministerio. Su primera función diaconal es la de mostrar al Señor en su propia familia y en la de los vecinos, parientes y otras personas, entre las cuales realiza tareas de pastor, para construir la Iglesia doméstica.»[1]

El diácono casado vive en familia que es la primera comunidad eclesial. Quizá hoy, sostener, contener y acompañar la propia familia sea uno de los mayores desafíos, sino el mayor, que el Señor te regaló. Por eso, nunca te olvides que Dios te llama a vivir el ministerio desde tu familia. Dios te llama para servir, desde tu raíz, y tu raíz está donde está tu corazón. 

Por eso en este día le pedimos al Señor que continúes profundizando tu raíz en la vida de tu familia y que luches por eso, aunque cueste. El servicio diaconal comienza allí. Un ministerio sin raíces, no es un servicio gratuito, se puede confundir y convertirse en un trabajo separado de la fe y del corazón. Ahí se vuelve poder y podemos olvidarnos hasta de Dios.

Desde el inicio del ministerio episcopal, nuestro Padre Obispo Jorge Novak nos enseñó que la misión de la Iglesia es evangelizar, haciendo presente a Jesús crucificado y resucitado, asumiendo un estilo de Iglesia, toda ella ministerial, comunitaria y comprometida con los pobres, encontrando en el bautismo la fuente de todas las vocaciones.[2]

“El diácono está vinculado de modo muy estrecho al mundo laico, especialmente por su trabajo propio… Cumplirá ejemplarmente con su trabajo y ejercerá su ministerio animado en la fe, sembrando la semilla evangélica y ofreciendo los servicios que estén a su alcance y que los otros requieran.»[3]

“Este estilo en nuestra diócesis nos obliga a establecer el diálogo sincero, continuo y responsable entre el colegio presbiteral y el colegio diaconal. Es una tarea de vastas proyecciones y de indudable servicio edificante a favor de nuestras comunidades que la asumimos con ilimitada confianza en la gracia de Cristo.”[4]

El documento de los Obispos Latinoamericanos en Aparecida, 2007, en el Nº 207 nos anima en la vivencia del diaconado permanente desde la familia:  los habilitará a ejercer con fruto su ministerio en los campos de la evangelización, de la vida de las comunidades, de la liturgia y de la acción social, especialmente con los más necesitados, dando testimonio, así, de Cristo servidor al lado de los enfermos, de los que sufren, de los migrantes y refugiados, de los excluidos y de las víctimas de la violencia y encarcelados. 

Y termina en el Nº 208 expresando que se espera de los diáconos un testimonio evangélico y un impulso misionero para que sean apóstoles en sus familias, en sus trabajos, en sus comunidades y en las nuevas fronteras de la misión

Pidámosle a San Lorenzo, patrono de los diáconos, que interceda por cada uno de ustedes y sus familias regalándoles la gracia de:

  • Caminar juntos, haciendo real el sueño de Dios de una Iglesia que no deje a nadie afuera y en la que todos y todas somos hermanos y hermanas de camino.
  • Vivir una Iglesia que sea familiar y cercana, comenzando por la propia familia.
  • Asumir la comunión y la participación como estilo de Jesús en la misión, desde los pobres.
  • Alimentar la vida con la oración personal y comunitaria teniendo la eucaristía en el centro.

Con nuestros deseos de paz y bien.

+ Carlos José Tissera
Obispo de Quilmes

+ Eduardo Gonzalo Redondo
Obispo Auxiliar de Quilmes

Quilmes, 10 de agosto de 2023.

Saludo por el Día del Periodista

Queridos y queridas periodistas y comunicadores:

Queremos llegar a ustedes en un nuevo día del periodista para decirles “gracias” y “felicitaciones”. Les damos las gracias por el compromiso con el trabajo que todos los días comparten con la sociedad. Y los y las felicitamos por hacer de su vocación de servicio un estilo de vida.

En este día especial de reconocimiento de su valiosísima labor queremos compartirles dos ideas que el Papa Francisco nos regaló en su mensaje para las 57º Jornadas de las Comunicaciones Sociales de este año, publicado el 24 de enero: Queremos invitarles a “Comunicar cordialmente”, que quiere decir que “quien nos lee o nos escucha capta nuestra participación en las alegrías y los miedos, en las esperanzas y en los sufrimientos de las mujeres y los hombres de nuestro tiempo. Quien habla así quiere bien al otro, porque se preocupa por él y custodia su libertad sin violarla”. 

Y también, a “Hablar con el corazón”: que “es hoy muy necesario para promover una cultura de paz allí donde hay guerra; para abrir senderos que permitan el diálogo y la reconciliación allí donde el odio y la enemistad causan estragos. En el dramático contexto del conflicto global que estamos viviendo, es urgente afirmar una comunicación no hostil. Es necesario vencer «la costumbre de desacreditar rápidamente al adversario aplicándole epítetos humillantes, en lugar de enfrentar un diálogo abierto y respetuoso» (Carta enc. Fratelli tutti, 201). Necesitamos comunicadores dispuestos a dialogar, comprometidos a favorecer un desarme integral y que se esfuercen por desmantelar la psicosis bélica que se anida en nuestros corazones”.

Por todo esto queremos hacer llegar nuestro saludo a cada trabajador y trabajadora de los medios de comunicación: diarios, televisión, radio, redes sociales, portales web… y pedimos a Dios por ustedes, por sus familias y por el trabajo de cada día para que siempre sea digno y bien reconocido.

Que podamos tener una comunicación libre y cordial, y ser custodios los unos de los otros con la verdad.

¡Feliz día del periodista!

Dios los bendiga y la Virgen santa los cuide.

Con afecto,



+ Carlos José Tissera
Obispo de Quilmes

+ Eduardo Gonzalo Redondo
Obispo Auxiliar de Quilmes

MENSAJE PASCUAL 2023

Hermanas y hermanos:

“¡Alégrense!” Es la palabra de Jesús a las mujeres que encontraron la tumba vacía. El Ángel les dijo: “No está aquí, porque ha resucitado como lo había dicho”

Nuestra alegría nace de este acontecimiento único: la muerte ha sido vencida. Cristo, el que fue crucificado, que murió y fue sepultado, ahora vive para siempre.

Vivimos momentos de sufrimiento y de muerte en nuestra sociedad. Los ánimos están entristecidos y por eso reaccionamos con enojo, con ira y hasta con la agresión. Las razones son múltiples, a todo nivel. Está latente la tentación de mirar la realidad y decir: “al final siempre ganan los poderosos”; “los pobres siempre salen vencidos”; “todo intento de cambiar el rumbo termina en una nueva manera de dominación o dependencia”, y otras expresiones por el estilo que suelen desembocar en la clásica y nefasta expresión: ¡Sálvese quien pueda!

La fe en la resurrección, en cambio, nos asegura que en la humanidad hay una irresistible energía que hace nacer de nuevo, a pesar de las derrotas, y apostar por la vida. Es la fe en una persona: Jesucristo. Él ha vencido a la muerte y ¡vive!

Los evangelios nos cuentan que las mujeres fueron las que tuvieron la primera experiencia de la resurrección de Jesús, y son ellas quienes la comunicarán a los discípulos. Las mujeres, que tienen una alianza instintiva y profunda con la vida, son las que perciben que la vida, la verdadera Vida, no ha muerto. Guardan en su corazón las palabras del Maestro: “El que cree en mí, aunque muera, vivirá. El que vive y cree en mí no morirá jamás”. Ellas perciben que la muerte no tiene la última palabra, a pesar que la muerte nos rodea a cada paso en nuestra vida. Las mujeres son las que progresivamente ayudarán a la comunidad a tomar conciencia y a proclamar con firmeza que Jesús vive, que su mensaje de amor no ha sido borrado por la muerte, y que su cruz ha sido la máxima expresión de la vida y del amor. Ese es el mensaje que la Iglesia, el pueblo de Dios, sigue transmitiendo a lo largo de los siglos. La Buena Noticia es: Cristo resucitó y vive entre nosotros. Por eso tenemos esperanza, porque Él camina con nosotros, como lo ha dicho: “Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo” (Mt. 28, 20) Siguen siendo las mujeres las que nos sostienen en la fe y construyen la comunión en nuestras comunidades. ¡Caminemos juntos anunciando la Buena Noticia!

Suenan oportunas y muy actuales las palabras del Papa Francisco: “¡Él vive! Hay que volver a recordarlo con frecuencia, porque corremos el riesgo de tomar a Jesucristo sólo como un buen ejemplo del pasado, como un recuerdo, como alguien que nos salvó hace dos mil años. Eso no nos serviría de nada, nos dejaría iguales, eso no nos liberaría. El que nos llena con su gracia, el que nos libera, el que nos transforma, el que nos sana y nos consuela es alguien que vive. Es Cristo resucitado, lleno de vitalidad sobrenatural, vestido de infinita luz. Por eso decía san Pablo: «Si Cristo no resucitó vana es la fe de ustedes» (1 Co 15,17)” (ChV. 124)

“Si Él vive eso es una garantía de que el bien puede hacerse camino en nuestra vida, y de que nuestros cansancios servirán para algo. Entonces podemos abandonar los lamentos y mirar para adelante, porque con Él siempre se puede. Esa es la seguridad que tenemos. Jesús es el eterno viviente. Aferrados a Él viviremos y atravesaremos todas las formas de muerte y de violencia que acechan en el camino” (ChV. 127)

Agradecemos a todas las comunidades de la Diócesis de Quilmes el trabajo evangelizador, especialmente por la participación activa en todas las actividades de esta Cuaresma y Semana Santa. ¡Felices Pascuas!

+ Carlos José Tissera
Obispo de Quilmes

+ Eduardo Gonzalo Redondo
Obispo Auxiliar de Quilmes

Hermanas y hermanos:
 
Quiero invitarles a la Misa de Ordenación Episcopal del Padre Eduardo Gonzalo Redondo, obispo auxiliar electo de Quilmes.
 
Con gran alegría hace más de tres meses todos recibimos la noticia del nombramiento del Padre Eduardo como Obispo Auxiliar de nuestra diócesis, y titular de Tingaria. Estoy agradecido al Papa Francisco por esta decisión, respondiendo a mi pedido realizado en mayo del año pasado en la conversación que tuve con él en mi visita al Vaticano.
 
Ya hemos podido compartir con el Padre Obispo electo algunos momentos, no solo de manera virtual, sino también presencial en diciembre y a principios de este año, en respectivos encuentros con sacerdotes y seminaristas. Hemos gustado de su compañía y, a la vez que él pudo ver nuestros rostros concretos y disipar la lógica incertidumbre ante lo desconocido, pudimos encontrar en su persona un corazón disponible al servicio y una gran sencillez en el trato con cada persona. Agradezco a la Hermandad de los Operarios Diocesanos que con generosidad ofrecen al Padre Eduardo para que brinde su total consagración al Señor, ahora como obispo.
 
Ha elegido como lema de su episcopado: “Todos somos compañeros de trabajo de Dios” (1 Cor. 3,9). Es una palabra que nos compromete en nuestro Camino Sinodal, para compartir la vida codo a codo con los hermanos anunciando la alegría del Evangelio.
 
Con estos sentimientos de gratitud y de profunda alegría hago la invitación para su Ordenación Episcopal que será el viernes 17 de febrero de 2023, a las 19 horas, en la Iglesia Catedral de Quilmes. El Padre Eduardo me ha pedido que presida la Misa de Ordenación: le agradezco de corazón. Serán co-consagrantes: Mons. Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo, Mons. Carlos Alberto Sánchez, arzobispo de Tucumán y Mons. Juan Carlos Ares, obispo auxiliar de Buenos Aires.
 
Espero la presencia de ustedes; particularmente invito a participar a todos los miembros del Presbiterio de la Diócesis, a los Diáconos Permanentes, a las Religiosas y Religiosos, a los miembros de Institutos seculares, Orden de Vírgenes, a los miembros de los Movimientos e Instituciones de la Diócesis, personal y alumnos de todas las Comunidades Educativas del Obispado y de las Congregaciones religiosas.
 
Que la Inmaculada Concepción y el Santo Cura Brochero acompañen el ministerio episcopal del Padre Eduardo, y a nuestra Diócesis de Quilmes.
 
¡Hasta el viernes 17, si Dios quiere! Con mi bendición:

Carlos José Tissera
Obispo de Quilmes

Quilmes, 01 de febrero de 2023.

Prot. Nº 09/2023

Cirtular Nº 02/2023

Compartimos el video mensaje con el saludo del Padre Obispo Carlos José Tissera, de la Diócesis de Quilmes, y del Padre Eduardo Gonzalo Redondo, Obispo Auxiliar electo de Quilmes.

¡Muy feliz Navidad!

MENSAJE DE NAVIDAD 2022

“No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo” (Lc. 2, 10)

Hermanas y hermanos:

¡Feliz Navidad!

El anuncio del ángel a los pastores de Belén es una invitación a la alegría. El Mesías anunciado por los profetas ha nacido. Él es el Rey de la paz. Es la manifestación clara del amor de Dios que nunca abandona. El Hijo de Dios, la Palabra que existe desde siempre, se hizo carne, para cumplir una misión: liberarnos del pecado y de la muerte.

La alegría es fruto del amor. “Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre” (v. 12) El amor, la ternura que despierta un niño en el corazón humano es el camino que Dios elige para abrazarnos con su perdón. Ese niño es la señal. La señal de que Dios se hace pequeño, el último de todos, para despojarnos de la soberbia, el orgullo, la omnipotencia, el egoísmo, que nos encierran en oscura soledad. Ese niño viene a restablecer la unión del hombre con Dios, viene a realizar la paz por el camino del perdón que nos ofrece. Sabernos perdonados, amados de esa manera tan sencilla y fuerte a la vez, nos libera de toda tristeza, de toda muerte interior, y hace brotar desde lo hondo de nuestro ser la alegría. Esa alegría que no se compra, no se gana, sino que es puro regalo de Dios. Contemplar con los ojos de la fe ese Niño del pesebre es la puerta que se abre para que la luz ilumine nuestra tiniebla. Nuestra vida queda inundada por esa alegría. La paz que irradia ese Niño que duerme plácidamente junto a su Madre, San José y los ocasionales animales que le dan calor de hogar, es el gran regalo.

De esa fuente de amor, que es Dios mismo viviendo con nosotros, nacen muchos bienes. Bienes que no se contabilizan, no se cotizan. Bienes que llenan de vida, de gozo interior, de ganas de vivir. Son los valores que nos humanizan, nos hermanan con los demás, con la naturaleza, con nuestra Casa Común. Desde la humildad del pesebre todos descubrimos que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa. Nos viene bien recordar a un santo que por su iniciativa renovó profundamente la vida de la Iglesia, convocando hace ya sesenta años el Concilio Vaticano II, el Papa San Juan XXIII, “Juan el bueno” como lo llamó el pueblo. Dijo en ese tiempo: “La Providencia me tomó de mi pueblo natal y me hizo recorrer los caminos del mundo en Oriente y Occidente junto a gentes de religiones e ideologías distintas, preocupado siempre más de lo que une que de lo que separa y provoca contrastes”. Qué hermosa enseñanza para hoy: preocuparnos más de lo que une que de lo que separa.

En este sentido, la alegría que vivimos los argentinos en esta semana, luego de que el Seleccionado de Fútbol se consagró Campeón del mundo, nos ha demostrado que hay cosas que nos unen, no sólo el deporte, sino el sentido de la fiesta, de la fraternidad, de la solidaridad, de celebrar en familia. Son pequeñas grandes cosas que están vivas, que la ocasión de ganar un campeonato mundial de fútbol hace que florezcan y se expresen. Es más lo que nos une que lo que nos separa. Sabernos parte de un pueblo que espera, que lucha cada día por más dignidad, que soporta pacientemente muchas privaciones e injusticias, pero que no baja los brazos. Ese pueblo supo ver en ese puñado de jóvenes futbolistas, los valores que aprecia: la unidad, el trabajar juntos, la superación de las dificultades, la alegría de la amistad, el amor al deporte, la sencillez, el compañerismo y tantos otros valores apreciados por todos. Saquemos provecho de esta alegría futbolera para nuestra vida cotidiana, para nuestra vida ciudadana, para nuestras instituciones y sus dirigencias, para encontrar juntos mejores caminos de justicia y dignidad para nuestro pueblo.

Próximos a la Navidad y al Nuevo Año que comienza, queremos tener los mismos deseos que el Papa Francisco expresa en su Mensaje para la próxima 56ª-Jornada Mundial de la Paz:

“Estamos llamados a afrontar los retos de nuestro mundo con responsabilidad y compasión. Debemos retomar la cuestión de garantizar la sanidad pública para todos; promover acciones de paz para poner fin a los conflictos y guerras que siguen generando víctimas y pobreza; cuidar de forma conjunta nuestra casa común y aplicar medidas claras y eficaces para hacer frente al cambio climático; luchar contra el virus de la desigualdad y garantizar la alimentación y un trabajo digno para todos, apoyando a quienes ni siquiera tienen un salario mínimo y atraviesan grandes dificultades. El escándalo de los pueblos hambrientos nos duele. Hemos de desarrollar, con políticas adecuadas, la acogida y la integración, especialmente de los migrantes y de los que viven como descartados en nuestras sociedades. Sólo invirtiendo en estas situaciones, con un deseo altruista inspirado por el amor infinito y misericordioso de Dios, podremos construir un mundo nuevo y ayudar a edificar el Reino de Dios, que es un Reino de amor, de justicia y de paz”.

Hermanas y hermanos:

en este Navidad, como Iglesia de Quilmes, nos alegramos por el regalo del nuevo obispo auxiliar, el P. Eduardo Redondo. Ya se ha encontrado con los sacerdotes y está en Argentina, todavía terminando su labor de rector del Seminario de Huancayo, Perú, vía internet. Luego de realizar sus ejercicios espirituales al inicio del año, será ordenado Obispo el viernes 17 de febrero, en la Catedral, a las 19 horas. Recemos por él y su ministerio. Se une a este saludo de Navidad para todos ustedes, familiares y amigos.

¡Feliz Navidad! ¡Feliz Año Nuevo!

+ Carlos José Tissera
Obispo de Quilmes

Quilmes, 21 de diciembre de 2022.

Mensaje del Vicario General de la Diócesis de Quilmes, Padre Lucio Daniel Carvalho Rodrigues, con la «grata noticia de la ordenación episcopal» del Padre Eduardo Gonzalo Redondo Castanera, Obispo Auxiliar de Quilmes, el próximo 17 de febrero en la Catedral de Quilmes. 

Queridos hermanos y hermanas:

El sábado 15 de octubre, día de Santa Teresa de Jesús, nos despertábamos con la noticia de que el Papa Francisco había nombrado para nuestra diócesis de Quilmes un nuevo obispo auxiliar: el Padre Eduardo Redondo, operario diocesano.

Algunos hemos tenido oportunidad de dialogar con él a través de las redes, ya que, si bien el Padre Eduardo es argentino, se encuentra en este momento llevando adelante su ministerio en Perú.

En esas charlas informales fuimos conociendo algo de su vida, su familia, su recorrido vocacional y ministerial, y sus opciones pastorales. Nos ha sorprendido gratamente su cercanía afectiva a la figura de nuestro primer pastor, el siervo de Dios Jorge Novak, y su comunión con los cuatro cauces fundacionales de nuestra diócesis: la misión, el ecumenismo, la opción por los pobres y la defensa de los derechos humanos.

Nuestro Padre Obispo Carlos había compartido con Eduardo algún encuentro en el sínodo sobre los jóvenes del año 2018, del cual ambos participaron como sinodales, pero sin imaginar siquiera que unos años después sería designado para colaborar con él en el pastoreo de la diócesis.

Queremos hoy comunicar la grata noticia de que la ordenación episcopal del Padre Eduardo se llevará a cabo el viernes 17 de febrero de 2023 en nuestra Iglesia Catedral «Inmaculada Concepción».

Que este tiempo, en el cual el Padre Eduardo irá preparando su corazón para este nuevo y peculiar servicio que se le confía, nos disponga a recibirlo y acompañarlo, de modo que, junto a nuestro obispo Carlos, sigamos «caminando juntos» en esta Iglesia sinodal. Y recemos confiados en que Dios no dejará de asistirnos con su gracia y misericordia.

Un fuerte abrazo.


P. Lucio Carvalho Rodrigues
Vicario General

Diócesis de Quilmes

Quilmes, 08 de noviembre de 2022

Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Carlos José Tissera
Obispo de Quilmes

Querido D. Carlos:

Hemos recibido con gran alegría el nombramiento de D. Eduardo Redondo como Obispo Auxiliar de Quilmes. Las razones de esta alegría son innumerables. Se trata de una bendición de Dios para Eduardo, una gracia más que el Señor concede a un hijo suyo. Es también una bendición para la Hermandad, que se siente reconocida por el Santo Padre y, en él, por el conjunto de la Iglesia eligiendo a un miembro de nuestra fraternidad para prestar este servicio. Por todo, damos gracias a Dios.

Estamos felices por tratarse de la querida Diócesis de Quilmes, a la que nos une la pertenencia de D. Lucas Smiriglia a la Hermandad, sus servicios y los de sus padres a la propia Diócesis, la amistad personal con usted mismo desde hace años… Ahora tenemos un lazo más que vincula entrañablemente a la Diócesis de Quilmes y a la Hermandad.

De algún modo perdemos a un hermano querido, entregándolo a una nueva familia que le acoge con cariño y a la que, conociendo a Eduardo, querrá y servirá con todo su corazón. Este hueco que deja, el Señor sabrá llenarlo con nuevas vocaciones que nos permitan continuar trabajando por el sacerdocio en estos tiempos que reconocemos tan difíciles.

Sabemos que usted será para Eduardo un verdadero padre y que “le enseñará a ser obispo” ayudándole en los primeros pasos de este ministerio que va a comenzar. 

Oramos juntos por el nuevo obispo. Que el Señor continúe cuidando de la Iglesia de Quilmes bendiciéndola con abundantes y santas vocaciones.

Un fuerte abrazo.

Florencio Abajo Núñez
Director General

El Cardenal Pedro Ricardo Barreto Jimeno SJ, Arzobispo de Huancayo (Perú), arquidiócesis en la que hoy se desempeña como Rector del Seminario Eduardo Gonzalo Redondo Castanera, con la alegría por el nombramiento del Padre Eduardo como Obispo Auxiliar de la Diócesis de Quilmes

Para todos nosotros es una alegría muy grande el poder recibir esta grata noticia del nombramiento de monseñor Eduardo (Obispo Auxiliar de Quilmes) que continuará como Rector hasta diciembre (en el Seminario de Huancayo, Perú). Ese es un regalo muy grande de Dios y, además, significa un camino de fidelidad al Señor, fidelidad también a la Iglesia. 

Y para monseñor Eduardo ahora se abre un camino de fidelidad a esta misión que Dios le encomienda a través del Papa Francisco, de acompañar al Obispo de Quilmes para poder ser un vínculo de comunión, de participación, como también lo ha hecho aquí (en Huancayo)

Nosotros podemos sentirnos orgullosos de monseñor Eduardo porque, de alguna manera, su experiencia aquí en el Arzobispado de Huancayo confirma la gracia de su vocación al servicio de la Iglesia. Muchas gracias monseñor Eduardo por tu testimonio. Seguiremos compartiendo contigo esta gracia de ser pastor de nuestra Iglesia en la Iglesia particular de Quilmes. Que Dios te bendiga. 

Y todos nosotros recemos por él.


+ Cardenal Pedro Ricardo Barreto Jimeno SJ
Arzobispo de Huancayo (Perú)

 

Huancayo, 16 de octubre de 2022.