“Con la Virgen, peregrinos de esperanza”
Homilía Misa de la 46° Peregrinación a Luján
Domingo 8 de septiembre de 2024
“Con la Virgen, peregrinos de esperanza”
Hermanas y hermanos:
Este año la Diócesis de Quilmes peregrina a Luján con el lema: “Con la Virgen, peregrinos de esperanza”. Es muy parecido al lema que nos acompañará durante el Año Santo que comenzará a fines de diciembre: “Peregrinos de esperanza”.
En el evangelio que escuchamos recién, vemos a Jesús peregrinando con sus discípulos por pueblos de territorio pagano, superando las barreras geográficas y religiosas de Israel. Jesús sale a las periferias anunciando el Reino con gestos y palabras.
En estos días también, un peregrino de la esperanza, está visitando las periferias del cristianismo: es el querido Papa Francisco que peregrina en Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor-Oriental, las Islas Salomón y Singapur; el viaje más largo de su pontificado.
Un sordomudo es presentado a Jesús por unos amigos. Es una persona que vive el drama y la angustia del aislamiento y la soledad. Para nosotros es un símbolo de un mundo enfermo, integrado por creyentes y no creyentes, que no es capaz de escuchar y recibir un mensaje de comunión y de vida plena como anuncia Jesús. El sordomudo es símbolo de un mundo que vive encerrado en sí mismo; un mundo de indiferencia y exclusión que ni se da cuenta que está pasando Jesús, que es la Vida.
El camino de la salvación es Jesús. Los amigos le acercan a este sordomudo. Buscan su bien y piden por él, rogando que le imponga las manos. Los gestos de Jesús son de cercanía, delicadeza y cariño. Son los bellos gestos de Dios en el Paraíso formando al hombre de barro y soplando sobre él para darle vida. Jesús viene para una nueva creación. Luego de meter sus dedos en las orejas del sordomudo y con su saliva tocarle lengua, Jesús levantando sus ojos al cielo, suspiró y dijo: “Efatá”(“Ábrete”). Enseguida se abrieron sus oídos y se le soltó la lengua para hablar normalmente. Al hombre no sólo se le abrieron los oídos, sino también el corazón para escuchar la Palabra que da vida y hacerse mensajero de la Buena Noticia, portadora de esperanza para la humanidad. El hecho portentoso llenó de admiración a todos, tanto que decían de Jesús: “Todo lo ha hecho bien, hace oír a los sordos y hablar a los mudos”.
Este relato nos lleva a la vida de cada uno de nosotros, discípulos misioneros de Jesús. El día de nuestro Bautismo, luego del signo del agua en nuestra cabeza, fuimos ungidos con el Crisma, se nos impuso una vestidura blanca, se nos entregó la vela encendida, y el celebrante realizó el gesto que hoy hizo Jesús: nos marcó con una cruz en los oídos y en la boca, y dijo: “El Señor Jesús, que hizo oír a los sordos y hablar a los mudos, te permita, muy pronto, escuchar su Palabra y profesar la fe en Jesucristo para gloria y alabanza de Dios Padre. Amén”. Desde ese día somos:
“Con la Virgen, peregrinos de esperanza”
Señor Jesús, que has venido a nuestro encuentro, a los pies de tu Madre hoy te pedimos que siempre nos dejemos ayudar para que cures nuestras sorderas. Te pedimos que nos dejemos tocar por tu Palabra sanadora y por tus gestos sacramentales del amor y la ternura, y nos dejemos abrazar por tu misericordia que siempre nos perdona. Te pedimos que nuestras parroquias y comunidades sean lugares de encuentro y de apertura de corazón para recibir a tantos necesitados. Ayúdanos con la fuerza de tu Espíritu de comunión a organizarnos para poder ser más efectivos en nuestro servicio a los más pobres, frágiles y desamparados. Con tu poder líbranos de los males de la indiferencia y de la insensibilidad individualista que nos debilita y nos ensordece para oír el clamor de tantos que gritan pidiendo justicia, paz, pan y trabajo. Por eso hoy decimos juntos:
“Con la Virgen, peregrinos de esperanza”
Jesús dijo: “Éfeta” (ábrete) No se trata de una palabra cualquiera, es la que abre el camino a todas las demás. Nos toca, nos bendice, mira al cielo, clama al Padre, intercede por nosotros y nos invita a abrirnos. Como Jesús se solidarizó con nosotros, nos invita también a ser solidarios con los demás.
Para celebrar el día de la Solidaridad, Caritas Quilmes organizó el martes pasado una Caminata desde Cruce Varela hasta el Polideportivo Thevenet. Caminamos con el lema: “La solidaridad es nuestra bandera”.
Fue una verdadera expresión de fraternidad y de homenaje a tantas y tantos que sirven con su trabajo a los más frágiles y vulnerables; niños, jóvenes, adolescentes y adultos mayores que no les alcanza para comer, desprotegidos, desamparados, sin trabajo, descartados por la sociedad. Ese día hemos bendecido las ollas y cucharones de nuestros comedores y merenderos; también los instrumentos de trabajo y herramientas de hermanas y hermanos que en las organizaciones sociales hacen trabajos comunitarios, como modo de paliar la angustia de no tener un trabajo estable y registrado. Hombres y mujeres que día a día luchan por Tierra, Techo y Trabajo, que son derechos humanos sagrados.
“La solidaridad es nuestra bandera”. Hoy pedimos a la Virgen por nuestros hermanos que sufren, los niños, adolescentes y jóvenes; los enfermos y los ancianos. Como lo dijo a principio de febrero la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina, “la comida no puede ser una variable de ajuste”. También pedimos a la Virgencita de Luján por los que trabajan por la justicia y la paz. Por aquellos que se ponen al hombro la realidad de nuestros adolescentes y jóvenes afectados por las adicciones; por los que acompañan y ayudan a tantos migrantes que padecen discriminación y malos tratos; rezamos por los que trabajan para construir la cultura del encuentro en diferentes niveles de la sociedad. Por los que luchan para que el centro de la vida de nuestro pueblo no sea la economía o el dinero, las finanzas o las ambiciones personales de unos pocos, sino que el centro sea toda persona humana y su dignidad infinita.
Hoy, en la Iglesia argentina, se realiza la Colecta ”Más por menos”. Un gesto concreto de solidaridad de los que más tienen con los más pobres. Pedimos que sea un gesto de verdadera solidaridad, como una luz en medio de la oscuridad de la indiferencia.
El mismo Espíritu de Jesús nos ha traído a Luján para rezar por los enfermos, los discapacitados y todos los que sufren, porque: “La solidaridad es nuestra bandera”.
En nuestra diócesis venimos realizando nuestro Camino Sinodal. Se trata vivir nuestra condición de bautizados, caminando juntos, porque somos un pueblo de hermanos y hermanas. Este camino que venimos haciendo nos ejercitó en la escucha. El año pasado, en los cinco decanatos tuvimos unos hermosos encuentros durante el mes de octubre y noviembre. “La conversación en el Espíritu” nos hizo experimentar la riqueza de la Palabra de Dios y de la palabra de los hermanos. La escucha respetuosa y amable, creó un clima de alegría y fraternidad que los que participaron aún lo recuerdan.
María es el modelo de la escucha. María es la maestra en la escucha interior del Espíritu. El Señor con su palabra y el don del espíritu en María nos conducen lejos; hacen que la palabra sea potente en el anuncio y tenga el poder de convertir los corazones.
Hoy, 8 de septiembre, celebramos la Natividad de la Virgen María. ¡Es su cumpleaños! Que podamos regalarle nuestro corazón dispuesto a hacer lo que Jesús nos diga. También hoy saludamos y agradecemos el regalo de la Vida Consagrada en nuestra Iglesia. A tantas mujeres y tantos hombres que respondieron generosamente al llamado de Jesús a consagrarse totalmente al servicio de su Reino. Nuestro aplauso agradecido a las religiosas y religiosos, a las vírgenes consagradas y todos los que entregan su vida por Jesús y el Evangelio.
Extrañamos este año la presencia del P. Adrián Gómez y del P. Miguel Hrymacz, fallecido el pasado sábado 31 de agosto. Desde acá los saludamos con nuestro aplauso haciendo memoria agradecida. Recordándolos a ellos y a tantas hermanas y hermanos que partieron, decimos juntos:
“Con la Virgen, peregrinos de esperanza”
Como les dije al principio, a fin de año comenzaremos el Año Santo, convocado por el Papa Francisco, como es costumbre de la Iglesia celebrar un Año Santo cada 25 años. Todo el 2025 será jalonado por distintas celebraciones en Roma. El 24 de diciembre el Papa Francisco abrirá la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro y clausurará el Año Santo con el cierre de la Puerta el 6 de enero de 2026. Nosotros, en la diócesis la abriremos en la Catedral el domingo 29 de diciembre, como en todas las Catedrales del mundo.
Tengo que anunciarles también que tenemos que prepararnos para celebrar el Jubileo de la Diócesis de Quilmes que, el 19 de septiembre de 2026, cumplirá sus 50 años de creación, con la ordenación episcopal de su primer pastor el Padre Obispo Jorge Novak. Desde ya tenemos que prepararnos. En el año 2026, tendrán lugar DOS ACONTECIMIENTOS:
– LA CELEBRACIÓN DE LA ASAMBLEA DEL TERCER SÍNODO DIOCESANO que oportunamente se suspendió debido a la pandemia. Para ello, nos prepararemos durante el curso del Año Santo 2025.
– EL FESTEJO DE LAS BODAS DE ORO DE LA DIÓCESIS DE QUILMES, en torno al 19 de septiembre de 2026.
Por eso, los obispos queremos convocar a todos los fieles cristianos de la Diócesis a celebrar los 50 años de creación de la Diócesis. Al modo de nuestro primer Obispo, Jorge Novak, queremos hacerlo en consonancia con la Iglesia universal, respondiendo a la invitación del Papa Francisco. Queremos hacerlo “Como una Iglesia sinodal en misión” (cf. Mt. 28, 19-20). Misión que se hace creíble cuando vivimos la Comunión (cf. Jn. 17,21) Y una Comunión que se hace testimonial en la más amplia Participación (cf. Rm. 12, 4-8)
¿Cuál será el itinerario para estos años?
– ABRIR PUERTAS (2024)
– PARA ANDAR JUNTOS LOS CAMINOS (2025)
– Y CELEBRAR TODAS Y TODOS EN TORNO A LAS MESAS (2026)
“Con la Virgen, peregrinos de esperanza”
HOY, EN LUJÁN, EN ESTA PEREGRINACIÓN los invitamos a prepararnos a vivir el AÑO SANTO, abriendo puertas. El mismo Jesús, como hoy escuchamos, nos dice a cada uno de nosotros, a cada comunidad nuestra: “Ábrete”. Nuestras comunidades parroquiales, de las capillas e instituciones, no deben ser “aduanas”, sino casas de puertas abiertas, para que todos se sientan invitados a entrar. Así como están abiertas para recibir, nuestros corazones también estarán dispuestos para que nuestras comunidades encarnen y puedan ser “una Iglesia en salida”. Abrimos puertas porque nos reconocemos “peregrinos y peregrinas de esperanza”, convocados para ofrecer al mundo, a nuestra sociedad “la alegría del Evangelio”.
En esta preparación, desde el 29 de septiembre hasta el 10 de noviembre, se realizarán los Encuentros por Decanatos, de los que participarán fieles de las comunidades, movimientos e instituciones, religiosas y religiosos, consagradas, diáconos, sacerdotes y obispos. Ya se los invitará.
Estas buenas noticias nos llenan de esperanza, para seguir andando. Nos encaminamos hacia el Año Santo 2025, que será una magnífica preparación para celebrar con el corazón lleno de esperanza, el JUBILEO DE LOS 50 AÑOS DE LA DIÓCESIS DE QUILMES.
¡Viva la Virgen! ¡Viva Jesús!
+ Carlos José Tissera
Obispo de Quilmes
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