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MENSAJE DE CUARESMA 2023

“Caminemos juntos la Cuaresma”

Hermanas y hermanos:

Comenzamos la Cuaresma en el marco del Camino Sinodal Diocesano, en consonancia con la Iglesia universal. La invitación a la conversión es el colorido especial de este tiempo litúrgico. Haremos el camino de Jesús en el desierto, llevados por el Espíritu, para vivir intensamente la misión.

Todavía están vivas las emocionantes imágenes de los momentos vividos con motivo de la Ordenación del Padre Obispo Eduardo. La alegría que nos causa este regalo de Dios nos anima y nos compromete a todos a la evangelización con los gestos y palabras de Jesús. Su lema episcopal es: “Todos somos compañeros de trabajo de Dios” (1 Cor. 3, 9) Como pastor diocesano le he invitado para que desde ya se una a este mensaje.

La esperanza es la que nos fortalece para caminar, para “seguir andando, nomás” (Angelelli) El camino cuaresmal nos ayudará a alimentar la esperanza en este tiempo tan difícil para la humanidad, para nuestro país.

En camino hacia el Sínodo universal, estamos en la etapa continental, bajo el lema: “Ensancha el espacio de tu carpa” (Is. 54, 2) Vamos todos hacia una Iglesia sinodal misionera. Por eso tenemos esperanza. Porque Jesús camina con nosotros. La Palabra nos anima. El Padre Obispo Novak inició su episcopado con esa frase de San Pablo: “Pobre de mí si no predicara el Evangelio” (1 Cor. 9, 16) Su permanente ejemplo nos acompaña.

“Ensancha el espacio de tu carpa”. La imagen de la carpa es muy apreciada en nuestra diócesis. La carpa misionera nacida de la inspiración del P. Gino. Sabemos que es una imagen bíblica. El texto de Isaías hace referencia a la peregrinación del pueblo de Dios a través del desierto. Es un camino hacia la tierra prometida, lleno de esperanza. Tres son los elementos importantes de una carpa: la lona, las sogas y las estacas. Es una imagen de la Iglesia sinodal. La lona que protege del sol o las lluvias, espacio de vida y convivencia. Debe ensancharse, agrandarse para dar lugar a otros que están afuera, que no han entrado. Las sogas o cuerdas que sostienen, mantienen unidos los paños, son el segundo elemento. Mantienen la tensión para que no se derrumbe y resista a los vientos. Deben alargarse para que se agrande la carpa. Tercer elemento: las estacas; ellas anclan la estructura al suelo y garantizan su solidez, pero que siguen siendo capaces de moverse cuando hay que desmontar la carpa y armarla en otro lugar. La iglesia está llamada a expandirse, pero también a moverse. La solidez está dada por las estacas, los cimientos de la fe que no cambian, pero sí pueden ser trasladados y plantados en un terreno siempre nuevo, para que la carpa pueda acompañar al pueblo en su historia. (Esto está dicho en el documento de esta etapa del Sínodo).

Las tensiones, son propias de estar en una carpa. Para no hundirse la estructura de la carpa debe mantener el equilibrio entre las distintas presiones y tensiones del caminar. Aquí está el aporte y la riqueza del discernimiento. Todos nos llevará a una actitud de humildad y generosidad, para ensanchar la carpa, dar cabida a lo diverso, dispuestos a morir a nosotros mismos, que es la esencial de un caminar pascual. Disposición a configurarnos con Jesús: “Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto” (Jn. 12, 24).

Será necesario no perder la actitud de escucha. No sólo es una etapa del camino sinodal, sino que es una cualidad propia y permanente de la sinodalidad. Escuchar las voces de las comunidades, de los hermanos caminantes; y escuchar la Palabra de Dios. Como decía el beato obispo Angelelli: “Con un oído en el pueblo y el otro en el Evangelio”. Escuchar y discernir, para tomar buenas decisiones que son los pasos que se dan en el andar.

Tres grandes gestos les proponemos para iniciar la Cuaresma. Gestos rumiados y amasados en la oración, la penitencia y las obras de caridad, como nos aconseja la Iglesia.

  • Participar de la Peregrinación Brocheriana, el domingo 12 de marzo, desde la Catedral a la Casa de Encuentros Santo Cura Brochero, en Bosques, Florencio Varela. Tenemos como lema la frase del Santo Cura: “Ave María Purísima. Aquí vengo a darles música”. En ese día nos uniremos a la celebración de los 10 años de pontificado del Papa Francisco.
  • Estar presentes en el Encuentro Diocesano para el Camino Sinodal, evento al que los agentes pastorales y referentes parroquiales no deberían faltar. Es el sábado 18 de marzo, en la Casa de Encuentros Santo Cura Brochero.
  • Colaborar en la Campaña de Fraternidad que comenzará el sábado 18 de marzo. El lema es: “Estaba de paso, y me alojaron”. Lo recaudado será para sostener la Casa “Papa Francisco”. Allí se alojan los familiares que acompañan a los internados en el Hospital El Cruce; la mayoría de origen humilde, venidos del interior.

Caminemos juntos con estas actitudes de Jesús, de la mano de las hermanas y hermanos de nuestras comunidades y de aquellos que, desde el cielo, interceden y nos animan con el ejemplo de sus vidas entregadas en la construcción del Reino.

La Virgen de Luján nos acompañe en estos tiempos de muchas privaciones y pobrezas, y también de búsqueda común de caminos de superación, compromiso y solidaridad.

Con nuestro cariño y bendición, “Caminemos juntos la Cuaresma” .

+ Carlos José Tissera
Obispo de Quilme
s

+ Eduardo Gonzalo Redondo
Obispo Auxiliar de Quilmes

Quilmes, 22 de febrero de 2023.

Catedral de Quilmes, 17 de febrero del 2023

Lo primero que quisiera es agradecer a Dios por el regalo de la vida, de mi familia y de mis amigos. Mis Papás, Marta y Gonzalo, y mi hermana Silvia. Mis abuelos, tíos/as, primos/as, amigos/as. Desde niño hasta hoy siempre fui acompañado y querido.

Mi Papa Gonzalo, nacido en León, España, y con toda la carga de una vida dura, con muchas necesidades, tuvo que partir dejándolo todo: madre, padre, siete hermanos, amigos, sabiendo que nunca más volvería a su tierra natal, de la que mucho tiempo renegó por lo vivido, y con su acento español, de recién bajado del barco, después de cincuenta años acá, repetía que él era argentino, porque este bendito país le dio la familia, el trabajo y los hijos. Serio por fuera y un niño dulce por dentro. Siempre fue mozo de bar. Falleció inesperadamente en el 2015 cuando yo estaba como cura en Cuba. Mi mamá Marta, argentina, mujer de fe, puro corazón, mucha ternura y sensibilidad. Atenta a todos y en todo, tenía una mirada que captaba fácilmente los sentimientos y las necesidades de los otros, presencia permanente y muy corajuda.

Ellos nos enseñaron, a mi hermana y a mí, a descubrir que en la vida hay que ser honrado, tener palabra, ser responsables, austeros y generosos, trabajar mucho para llevar el pan a la mesa cada día. Me mostraron que la fe se vive con gestos concretos y en familia: en el amor de estar juntos aunque nos separen kilómetros, en el darse, sirviendo siempre a los demás, cultivando la amistad con todos, siendo buena gente, especialmente estando cerca de los más necesitados, los enfermos y los que sufren injusticia. Nos enseñaron que todos somos iguales, que nos tenemos que ayudar siempre y vivir las alegrías y las tristezas juntos, haciendo de todos los momentos oportunidades para crecer.

Mi hermana Silvia es a la que le confío todo, siempre cuento con ella; es la que, sin anestesia, me llama la atención y me anima. Ella y mi cuñado me han regalado la gracia de mis sobrinos Julián y Germán. Los amo como si fueran mis hijos.

Esta es la raíz de lo que soy. Es el sello del amor de Dios en mi corazón. Dios me llamó a ser cura en tantos rostros del amor y del dolor, se valió de muchas mediaciones que fui haciendo consciente muy poco a poco a lo largo de mi vida.

Agradezco a mi Parroquia de la Piedad, donde tomé la primera comunión y me confirmé. Conocí al Padre Emilio Riamonde, su sencillez y cercanía marcó mi vida y la de muchos niños y jóvenes. Amigos que continúan siéndolo hasta hoy. Como a los 14 años de edad, más o menos, me borré de todo lo que tuviera que ver con la Iglesia. Mis padres, cada vez más comprometidos. Mezcla de adolescencia y quizá cierta ingenuidad o rebeldía. Creo que le ha ocurrido a muchos de los de mi generación. Enojos, incomprensión, rechazos y complicidades que me han hecho colocarme lejos. Sin embargo, después de algunos años de distancia y enfriamiento, y ya entrando en la juventud, comencé a participar nuevamente.

Nunca podré olvidar la segunda Jornada Mundial de la Juventud. En Buenos Aires, aquella tarde noche de 1987, en la 9 de Julio, ante millares de jóvenes, San Juan Pablo II dijo: «Que no haya nunca más ni detenidos ni desaparecidos». Yo estaba allí ese día. Recuerdo que lloramos y nos abrazamos todos los jóvenes, se me abrió el cielo y el corazón. Me sentí reconciliado y dentro del rebaño. La presencia y la voz del Padre Obispo Novak, Monseñor Hessayne, Monseñor De Nevares y otros sacerdotes, laicos, religiosos/as muy comprometidos, tantos/as que dieron la vida, me significaron mucho en esos tiempos hasta hoy; y su compromiso me hizo redescubrir a Jesús. Me pregunté muchas veces: ¿cómo podrían tener un amor tan grande por Jesús, sirviendo hasta dar la vida?

En esos años fue que me invitaron a participar en un grupo de jóvenes de la Parroquia San Ignacio de Loyola, a una cuadra de la Plaza de Mayo, en San Telmo. Comencé a dar una mano en el trabajo con niños y las familias de los conventillos de San Telmo, muchas vivencias hermosas y dolorosas, fecundas y sencillas. En esos años conocí la vida del Padre Mugica, del Beato Angelelli y otros hermanos que ofrecieron la vida por amor a Jesús sirviendo por el Reino. Allí comenzaron los primeros cuestionamientos vocacionales, que compartí por primera vez con el Padre Jorge Lozano, curita joven y vicario parroquial. En ese tiempo me habían regalado un afiche de cuando mataron al Padre Mugica, que pegaban en las parroquias y en los barrios, que tenía su foto y decía: «Un sacerdote ha sido asesinado. ¿Quién seguirá sus pasos?». Eso me pegó muy fuerte. Recuerdo que me lo regaló un sacerdote ya mayor ,conversé bastante con él. Pichi Meisegeier se llamaba, y era jesuita. Al tiempo, una amiga, Gabriela, me invitó a un retiro para jóvenes sobre el Proyecto de Vida y comienzó el acompañamiento hasta ingresar al seminario en 1990 con los Padres Operarios Diocesanos. En el último retiro, antes del ingreso, el sacerdote que me acompañaba, que después fue mi rector (fuimos compañeros en Brasil y hoy esta acá, el P. Eusebio Pascual), nos pasa un video donde presenta como modelo sacerdotal al Padre Mugica, y al final pregunta quién quiere seguir a Jesús, siendo un cura como él. Y bueno, me mató. Recuerdo que no me daba el cuero para decirle que yo quería serlo, simplemente le dije: «me tiro a la pileta». Y estoy nadando hasta hoy.

Jesús tiene sus mediaciones, sus referentes. No puedo dejar de mencionar al Padre Luis Sánchez de Wilde Este, en la querida Parroquia del Valle, donde compartí casi cinco años, siendo seminarista y celebrando mi primera Misa.

Siempre aposté, a pesar de mis tantos límites, por ser cura viviendo con otros curas. Esto lo mamé en la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos, mi familia. Un puñado de sacerdotes que vivimos y compartimos la vida en fraternidad siendo curas diocesanos. Compartimos la vida y la misión trabajando especialmente en la pastoral juvenil, la pastoral vocacional, acompañando en parroquias, y especialmente en seminarios diocesanos, optando por las diócesis pobres en todos los sentidos y, en particular, donde faltan curas. Estamos presentes en muchos países. Aquí hoy me acompañan varios hermanos operarios y el Director general, el Padre Florencio Abajo. Siempre seré agradecido a mi familia. Siempre estaré en deuda con cada uno.

Así, en estos 24 años de sacerdote, el Señor me llevó por Brasil, me trajo a Buenos Aires; me mandó por Roma y otros países para un servicio propio de los padres operarios, por seis años fue Santiago de Cuba y, finalmente, Huancayo, en Perú, a los 3.200 metros de altura. Desde allí el Señor me bajó de un hondazo, apenas llevaba dos años y me trajo a Quilmes.

Siempre me tocó partir y volver a empezar, siempre fui un aprendiz. Siempre me enamoré de las comunidades y lugares donde me ha tocado estar, sin conocer ni saber casi nada cuando tuve que llegar. Soy muy argentino, pero también muy brasileño, muy cubano y muy peruano. Siempre seré agradecido por tanto que, desde el corazón, me han regalado.

Este es un momento muy intenso, de sentimientos y emociones que se encuentran y de las que no es fácil expresarme. Creo que, esta ordenación, sin dudas, es, humanamente hablando, tan fuerte y tan luchada como cuando me ordenaron de cura el día 6 de diciembre del ‘98 en la parroquia San Pío X de Mataderos. La ordenación de cura fue muy intensa, la esperaba y la deseaba mucho, pero el corazón estaba empañado por la repentina muerte de mi mamá cinco meses antes. En esos años yo ya vivía en Brasil, en la diócesis de Santos. Aquí hay hermanos curas que han venido de Brasil. Me costaba aceptar las cosas como se presentaban. 

Lo fuerte en este momento, además de por lo que es en sí, tiene la carga de que, al contrario de mi ordenación de cura, esto ha sido inesperado, sorpresivo e inicialmente hasta con bastantes resistencias de mi parte. Sin embargo, hoy puedo decir que acepto y asumo lo que el Señor me pide, con cierto temor y temblor como se lo he escrito al Papa.

Me siento vulnerable delante del amor de Dios y soy medio duro de mollera, me cuesta ser dócil y arrodillarme con el corazón abierto asumiendo que se haga Su voluntad y no la mía. Muchas veces «creí» estar en sintonía con lo que Dios quería. Ahora me doy cuenta de que no siempre fue así. Quiero ser todo de Dios y todo del pueblo, en este camino que Jesús me pide transitar como Padre Obispo auxiliar, aprendiendo y desaprendiendo, acompañando y siendo acompañado. Confiando y arrodillándome delante del Señor, agradeciendo y pidiendo perdón. Es bueno que Papa Dios me puso como auxiliar del P. Obispo Cacho, Pastor bueno, sencillo y cercano, y también de ustedes, bendito Pueblo de Dios que camina en la Diócesis de Quilmes, hermanos/as laicos/as, hermanos sacerdotes y seminaristas, hermanos diáconos con sus esposas, hijos/as y nietos, religiosos/as. Tengo mi vida para compartir y mucho que aprender.

Quiero ser Padre y Pastor. Pido la intercesión del Santo cura Brochero, del siervo de Dios Padre Novak, del Beato Angelelli y compañeros mártires: que ellos y ustedes me enseñen.

Estrenarme como Padre Obispo auxiliar en la Iglesia de Quilmes es un regalo, pero también una exigencia y un desafío grande. Una Iglesia con tanta historia, con una memoria y compromiso, marcada por la profecía de tantos/as que desde su creación han dado todo desde el servicio a los hermanos más necesitados.

Cuatro cauces marcó el Padre Novak en el seguimiento de Jesús, que hoy son tan fuertes como ayer: Los pobres, los derechos humanos, el ecumenismo y la misión.

En este momento de la vida el Señor me pide que deje todo nuevamente, pero ahora también me pide que me deje a mí mismo, que baje la guardia y que me abandone en sus manos. En la medida que vamos sumando camino cuesta un poco más, pero no me escaparé esta vez. Ya me he escapado otras, ahora ya no. Jesús me puede, el Pueblo de Dios me puede. Los pobres y los jóvenes son y serán siempre el ahora de Dios en mi vida. «Desde los pobres a todos», nos dejó como enseñanza el Beato Juan Pablo I.

Agradezco profundamente al Papa Francisco. En estos años me renovó la esperanza de creer que otro mundo es posible, saliendo al encuentro de todos, donde nadie quede fuera de este gran «hospital de campaña», donde todos somos acogidos y nadie es descartado. Me ayudó a profundizar que, en esta Iglesia, tan santa como pecadora, soy parte y es también mi Madre. Francisco me ayudó a centrarme en Jesús y en la misión.

Yo he sido un sacerdote muy frágil en la fe durante un buen tiempo. Mucho esfuerzo, perseverancia, compromiso, buenas ideas pero desde mí. Soy un pecador perdonado y no me arrepiento de confesarle delante de ustedes. Siempre fui una oveja media revoltosa y un tanto básica. Sin embargo, ahora el Señor me llama a ser aprendiz de Pastor. Solo me resta ponerme en manos de Jesús y que pueda ser barro para que me dé la forma de su corazón y, con su amor, pueda ser alimento para los hermanos y hermanas de nuestras comunidades.

Para terminar, pido la intercesión de la Mamá de Jesús y nuestra Madre: Virgen de Luján; Nuestra Señora Aparecida, patrona de Brasil; Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba; y Mamá Cocharcas, patrona del Valle del Mantaro en Perú.

+ Eduardo Gonzalo Redondo
Obispo Auxilar de Quilmes

Próximos a celebrar la ordenación episcopal del Padre Eduardo Gonzalo Redondo como Obispo Auxiliar de Quilmes, la Iglesia diocesana que peregrina en Berazategui, Florencio Varela y Quilmes se prepara con gran entusiasmo y alegría.

Detallamos, a continuación, aspectos prácticos para que toda la comunidad diocesana pueda participar de la celebración y festejos:

ORDENACIÓN EPISCOPAL
Será el viernes 17 de febrero a las 19 h en la Catedral de Quilmes (Rivadavia 355, Quilmes Centro). La celebración se hará en el interior del templo y se podrá seguir en vivo a través del canal de Youtube de la diócesis: Youtube.com/DiocesisQuilmesOficial

– Participación del Pueblo de Dios: Toda la gente que quiera participar podrá ingresar al templo y ubicarse en los bancos del pasillo central, luego del noveno banco, y en la columna de asientos que se encuentre del lado derecho (mirando hacia el altar). También podrán ubicarse en el atrio de la Catedral, donde se podrá seguir la celebración a través de la pantalla gigante.

– Obispos, sacerdotes, diáconos, familiares del Padre Eduardo, autoridades y periodistas serán recibidos por personas de la organización que les indicarán los lugares asignados.

FESTEJO DIOCESANO
El ágape fraterno como comunidad diocesana junto con el nuevo obispo auxiliar se llevará adelante el viernes 17 de febrero en el gimnasio del Colegio San José -a 3 cuadras de la Catedral- (Mitre 460, Quilmes Centro), luego de la celebración.
La invitación es abierta a todas las instituciones, grupos y comunidades de la Diócesis de Quilmes.

Hermanas y hermanos:
 
Quiero invitarles a la Misa de Ordenación Episcopal del Padre Eduardo Gonzalo Redondo, obispo auxiliar electo de Quilmes.
 
Con gran alegría hace más de tres meses todos recibimos la noticia del nombramiento del Padre Eduardo como Obispo Auxiliar de nuestra diócesis, y titular de Tingaria. Estoy agradecido al Papa Francisco por esta decisión, respondiendo a mi pedido realizado en mayo del año pasado en la conversación que tuve con él en mi visita al Vaticano.
 
Ya hemos podido compartir con el Padre Obispo electo algunos momentos, no solo de manera virtual, sino también presencial en diciembre y a principios de este año, en respectivos encuentros con sacerdotes y seminaristas. Hemos gustado de su compañía y, a la vez que él pudo ver nuestros rostros concretos y disipar la lógica incertidumbre ante lo desconocido, pudimos encontrar en su persona un corazón disponible al servicio y una gran sencillez en el trato con cada persona. Agradezco a la Hermandad de los Operarios Diocesanos que con generosidad ofrecen al Padre Eduardo para que brinde su total consagración al Señor, ahora como obispo.
 
Ha elegido como lema de su episcopado: “Todos somos compañeros de trabajo de Dios” (1 Cor. 3,9). Es una palabra que nos compromete en nuestro Camino Sinodal, para compartir la vida codo a codo con los hermanos anunciando la alegría del Evangelio.
 
Con estos sentimientos de gratitud y de profunda alegría hago la invitación para su Ordenación Episcopal que será el viernes 17 de febrero de 2023, a las 19 horas, en la Iglesia Catedral de Quilmes. El Padre Eduardo me ha pedido que presida la Misa de Ordenación: le agradezco de corazón. Serán co-consagrantes: Mons. Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo, Mons. Carlos Alberto Sánchez, arzobispo de Tucumán y Mons. Juan Carlos Ares, obispo auxiliar de Buenos Aires.
 
Espero la presencia de ustedes; particularmente invito a participar a todos los miembros del Presbiterio de la Diócesis, a los Diáconos Permanentes, a las Religiosas y Religiosos, a los miembros de Institutos seculares, Orden de Vírgenes, a los miembros de los Movimientos e Instituciones de la Diócesis, personal y alumnos de todas las Comunidades Educativas del Obispado y de las Congregaciones religiosas.
 
Que la Inmaculada Concepción y el Santo Cura Brochero acompañen el ministerio episcopal del Padre Eduardo, y a nuestra Diócesis de Quilmes.
 
¡Hasta el viernes 17, si Dios quiere! Con mi bendición:

Carlos José Tissera
Obispo de Quilmes

Quilmes, 01 de febrero de 2023.

Prot. Nº 09/2023

Cirtular Nº 02/2023

Compartimos el video mensaje con el saludo del Padre Obispo Carlos José Tissera, de la Diócesis de Quilmes, y del Padre Eduardo Gonzalo Redondo, Obispo Auxiliar electo de Quilmes.

¡Muy feliz Navidad!

Mensaje del Vicario General de la Diócesis de Quilmes, Padre Lucio Daniel Carvalho Rodrigues, con la «grata noticia de la ordenación episcopal» del Padre Eduardo Gonzalo Redondo Castanera, Obispo Auxiliar de Quilmes, el próximo 17 de febrero en la Catedral de Quilmes. 

Queridos hermanos y hermanas:

El sábado 15 de octubre, día de Santa Teresa de Jesús, nos despertábamos con la noticia de que el Papa Francisco había nombrado para nuestra diócesis de Quilmes un nuevo obispo auxiliar: el Padre Eduardo Redondo, operario diocesano.

Algunos hemos tenido oportunidad de dialogar con él a través de las redes, ya que, si bien el Padre Eduardo es argentino, se encuentra en este momento llevando adelante su ministerio en Perú.

En esas charlas informales fuimos conociendo algo de su vida, su familia, su recorrido vocacional y ministerial, y sus opciones pastorales. Nos ha sorprendido gratamente su cercanía afectiva a la figura de nuestro primer pastor, el siervo de Dios Jorge Novak, y su comunión con los cuatro cauces fundacionales de nuestra diócesis: la misión, el ecumenismo, la opción por los pobres y la defensa de los derechos humanos.

Nuestro Padre Obispo Carlos había compartido con Eduardo algún encuentro en el sínodo sobre los jóvenes del año 2018, del cual ambos participaron como sinodales, pero sin imaginar siquiera que unos años después sería designado para colaborar con él en el pastoreo de la diócesis.

Queremos hoy comunicar la grata noticia de que la ordenación episcopal del Padre Eduardo se llevará a cabo el viernes 17 de febrero de 2023 en nuestra Iglesia Catedral «Inmaculada Concepción».

Que este tiempo, en el cual el Padre Eduardo irá preparando su corazón para este nuevo y peculiar servicio que se le confía, nos disponga a recibirlo y acompañarlo, de modo que, junto a nuestro obispo Carlos, sigamos «caminando juntos» en esta Iglesia sinodal. Y recemos confiados en que Dios no dejará de asistirnos con su gracia y misericordia.

Un fuerte abrazo.


P. Lucio Carvalho Rodrigues
Vicario General

Diócesis de Quilmes

Quilmes, 08 de noviembre de 2022

Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Carlos José Tissera
Obispo de Quilmes

Querido D. Carlos:

Hemos recibido con gran alegría el nombramiento de D. Eduardo Redondo como Obispo Auxiliar de Quilmes. Las razones de esta alegría son innumerables. Se trata de una bendición de Dios para Eduardo, una gracia más que el Señor concede a un hijo suyo. Es también una bendición para la Hermandad, que se siente reconocida por el Santo Padre y, en él, por el conjunto de la Iglesia eligiendo a un miembro de nuestra fraternidad para prestar este servicio. Por todo, damos gracias a Dios.

Estamos felices por tratarse de la querida Diócesis de Quilmes, a la que nos une la pertenencia de D. Lucas Smiriglia a la Hermandad, sus servicios y los de sus padres a la propia Diócesis, la amistad personal con usted mismo desde hace años… Ahora tenemos un lazo más que vincula entrañablemente a la Diócesis de Quilmes y a la Hermandad.

De algún modo perdemos a un hermano querido, entregándolo a una nueva familia que le acoge con cariño y a la que, conociendo a Eduardo, querrá y servirá con todo su corazón. Este hueco que deja, el Señor sabrá llenarlo con nuevas vocaciones que nos permitan continuar trabajando por el sacerdocio en estos tiempos que reconocemos tan difíciles.

Sabemos que usted será para Eduardo un verdadero padre y que “le enseñará a ser obispo” ayudándole en los primeros pasos de este ministerio que va a comenzar. 

Oramos juntos por el nuevo obispo. Que el Señor continúe cuidando de la Iglesia de Quilmes bendiciéndola con abundantes y santas vocaciones.

Un fuerte abrazo.

Florencio Abajo Núñez
Director General

El Cardenal Pedro Ricardo Barreto Jimeno SJ, Arzobispo de Huancayo (Perú), arquidiócesis en la que hoy se desempeña como Rector del Seminario Eduardo Gonzalo Redondo Castanera, con la alegría por el nombramiento del Padre Eduardo como Obispo Auxiliar de la Diócesis de Quilmes

Para todos nosotros es una alegría muy grande el poder recibir esta grata noticia del nombramiento de monseñor Eduardo (Obispo Auxiliar de Quilmes) que continuará como Rector hasta diciembre (en el Seminario de Huancayo, Perú). Ese es un regalo muy grande de Dios y, además, significa un camino de fidelidad al Señor, fidelidad también a la Iglesia. 

Y para monseñor Eduardo ahora se abre un camino de fidelidad a esta misión que Dios le encomienda a través del Papa Francisco, de acompañar al Obispo de Quilmes para poder ser un vínculo de comunión, de participación, como también lo ha hecho aquí (en Huancayo)

Nosotros podemos sentirnos orgullosos de monseñor Eduardo porque, de alguna manera, su experiencia aquí en el Arzobispado de Huancayo confirma la gracia de su vocación al servicio de la Iglesia. Muchas gracias monseñor Eduardo por tu testimonio. Seguiremos compartiendo contigo esta gracia de ser pastor de nuestra Iglesia en la Iglesia particular de Quilmes. Que Dios te bendiga. 

Y todos nosotros recemos por él.


+ Cardenal Pedro Ricardo Barreto Jimeno SJ
Arzobispo de Huancayo (Perú)

 

Huancayo, 16 de octubre de 2022.

Viernes 14 de octubre del 2022
Aniversario Canonización de San Romero de América (2018)

A todos los hermanos y hermanas que caminan en la Diócesis de Quilmes:

El Señor siempre ha sido bueno conmigo, siempre ha sido fiel, a pesar de mis fragilidades, de mi pequeñez y de mis temores. Su amor me puede, su Pueblo me enamora, me quita el miedo y me regala Su confianza.

El Papa Francisco explica con su vida sencilla y con sus palabras que: “el episcopado es un servicio, y nunca deberá ser un cargo honorifico del que vanagloriarse”. Con estas palabras sabias de nuestro querido hermano mayor Francisco, quiero asumir este servicio ofreciendo mi disponibilidad, presencia y cercanía, y llegar al corazón de cada uno de ustedes, mis hermanos y hermanas muy queridos, darles un abrazo sincero y fraterno. Cuánto me gustaría compartir un mate con cada uno. Estos signos tan nuestros nos acercan y nos hacen más hermanos.

Hoy les abro el corazón y los abrazo desde la sierra del Perú, en Huancayo, a los 3200 metros de altura, donde el Señor me ha enviado como misionero. Quiero compartirles mis deseos de paz, de unión, de salud y de trabajo para todos, en este tiempo en que Jesús nos invita y nos provoca a caminar juntos como Pueblo en la Iglesia de Jesús.

La noticia de que el Papa Francisco me ha elegido para este servicio de ser Padre Obispo auxiliar de la diócesis de Quilmes, además de inesperada, me agarró como un baldazo de agua fría. Nunca he sido otra cosa más que un cura, soy sencillamente un “compañero de trabajo de Dios” (1Co 3,9), y no he buscado ser más que eso, que, además, me queda grande.

Desde antes de ingresar al Seminario he conocido y aprendido mucho de la Iglesia de Quilmes, la cual siempre ha sido muy significativa en mi camino vocacional. Cómo no recordar el camino eclesial profético de esta Iglesia, cómo no hacer presente al Siervo de Dios, Padre Obispo Jorge Novak, su compromiso con los pobres, su lucha por los derechos humanos, durante y después de la dictadura, su espíritu misionero y su corazón ecuménico. Cuánta memoria, cuánta vida fecunda que hay que custodiar, cuidar, proteger y promover. Es la vida de Jesús que ayer, hoy y mañana acompaña y camina junto a su pueblo. Como a Moisés, cuando quiso acercarse y mirar a la zarza ardiente, Dios me dice: “Quitate las sandalias, la tierra que pisas es tierra sagrada” (Ex 3,5). Así quiero vivir y estar con ustedes. Junto al Padre Obispo Cacho Tissera, hombre de Dios y muy cercano con su pueblo, quiero ser un hermano menor y un aprendiz de pastor. Tenerlo a él como padre y Obispo es como un bálsamo que, en medio de tantas situaciones nuevas, me pacifica el corazón.

Soy argentino, tengo 55 años, nací en Parque Patricios, fui ordenado sacerdote en Mataderos en 1998, y soy sacerdote operario diocesano, mi familia en la Iglesia. Los operarios me han enseñado a ser cura, me enseñaron a rezar con los pies en la tierra y el corazón en Papá Dios, a ser y hacer familia con mis hermanos sacerdotes y con todos, compartiendo la vida y la misión juntos, trabajar al servicio de los jóvenes, las vocaciones, los sacerdotes, las parroquias, siempre comenzando por los últimos.

Mi vida siempre ha estado marcada por la misión, recuerdo las palabras de Don Helder Cámara, santo obispo y profeta del Brasil quien afirmó lo siguiente: “Misión es siempre partir y comenzar de nuevo. Misión es, quebrar la corteza del egoísmo que nos encierra en nuestro yo, no es necesariamente devorar kilómetros, es sobre todo abrirse a los otros como hermanos, encontrarlos y amarlos”. Dios me llevó por muchos caminos: Brasil, Buenos Aires, Roma, Cuba y ahora, me bajó de un hondazo desde la altura de Huancayo en la Sierra del Perú, donde la gente es muy buena, cariñosa, cercana y muy colaboradora en todo y, de repente, me hizo volver a mis raíces y estar entre ustedes. Dios sabe por qué. Quiero ser servidor y hermano de todos en esta tierra sagrada.

Esto último le pido a Jesús y a su Santo Espíritu, poder ser una persona con los brazos abiertos, que me regale la gracia de saber escuchar, saber hacer silencio, saber hablar con prudencia y mansedumbre, para abrirme y encontrarme con cada uno de ustedes y amarlos con el corazón de Dios. Pongo por mediadores en la misión que se me encomienda a María de Lujan, Nuestra Madre Inmaculada, a Santa Teresa de Ávila, al Santo Cura Brochero, a San Óscar Romero, al Beato Angelelli y compañeros mártires, al Beato Manuel Domingo y Sol, y a todos los sacerdotes operarios mártires. Pido a ellos que intercedan por mí para que pueda ser un buen hermano y compañero en el camino de la fe. Necesito la oración de todos, yo me comprometo con las mías por ustedes.

Con mis deseos de paz y bien.

+ Eduardo Gonzalo Redondo

Quilmes, 15 de octubre de 2022.

Hermanas y hermanos de la Diócesis:

Hoy, al mediodía de Roma, siendo las 7.00 horas en Argentina, se anunció que el Papa Francisco ha nombrado Obispo Auxiliar de Quilmes al Pbro. Eduardo Gonzalo REDONDO, perteneciente a la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos, con el título de Obispo de Tingaria. 

Con ustedes doy gracias a Dios y a la Virgen Inmaculada por este regalo de un obispo auxiliar y también por la delicadeza del nuestro querido Papa Francisco que ha atendido favorablemente a mi pedido, para un mejor servicio a esta porción del pueblo de Dios que peregrina en Quilmes, Florencio Varela y Berazategui. El corazón de pastor del Papa Francisco lo llevó a las altas montañas del Perú para elegir al actual rector del Seminario de la arquidiócesis de Huancayo; un sacerdote argentino que luego de ser ordenado desempeñó su ministerio en Brasil, Roma, Cuba y ahora en Perú.

He hablado con el P. Eduardo agradeciéndole su gran generosidad. Me ha contado que cuando se le comunicó la decisión del Papa Francisco de elegirlo obispo auxiliar de Quilmes, enseguida pensó en el Padre Obispo Jorge Novak, a quien admira desde joven. Ha sido una gran alegría escucharlo, y compartir con él los sentimientos de gratitud a Dios que siempre quiere el bien de su pueblo. La última vez que lo he visto fue en octubre de 2018, cuando participamos de las sesiones del Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes. 

Con los brazos abiertos le damos la bienvenida al Padre Eduardo que se incorpora al Camino Sinodal Diocesano que estamos haciendo juntos.

Estoy seguro que ustedes le harán sentir el mismo afecto cristiano que me ofrecen cada día desde que vine a esta querida diócesis de Quilmes, compartiendo alegrías y sufrimientos con los ojos puestos en Jesús.

Desde el día que solicité un obispo auxiliar para que me acompañe en el pastoreo, le he pedido al Buen Pastor que lo abrace con su amor misericordioso para que sea un padre amoroso con todos, especialmente con los más humildes y olvidados, y he confiado en la intercesión de la Inmaculada, del Santo Cura Brochero y del Padre Obispo Jorge Novak.

Junto con ustedes queremos decirle al Padre Eduardo: “¡Bienvenido! La Diócesis de Quilmes es tu casa”

En este día de Santa Teresa de Ávila, gran reformadora de la Iglesia, con su intercesión le pedimos al Señor que nos ayude para seguir renovando nuestra Iglesia de Quilmes con la fuerza y la alegría del Evangelio.

Mi saludo afectuoso y fraterno. ¡Dios nos bendiga!

+ Carlos José Tissera
Obispo de Quilmes