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El Obispo de Quilmes, Carlos José Tissera, ordenará Presbítero al Diácono Roberto Wright el viernes 09 de diciembre en la Iglesia Catedral de Quilmes (Rivadavia 355, Quilmes Centro). La celebración será a las 20.00 (y no a las 19.00, como se dijo en un primer momento) , y se transmitirá en directo por Youtube.com/DiocesisQuilmesOficial

El lema de ordenación sacerdotal será «Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero». Las primeras misas como sacerdote las presidirá el sábado 10 de diciembre a las 18.00 en la Comunidad «Nuestra Señora de Luján» (Diagonal Gral. Güemes y Senzabello, Florencio Varela) y el domingo 11 en la Parroquia «Nuestra Señora de Luján» (Av. Gral. Juan Domingo Perdón 1918, Zeballos).

Luego del fallecimiento de su esposa, Roberto inició su discernimiento y su formación para el presbiterado. Como Diácono Permanente desarrolla su servicio pastoral en la parroquia Nuestra Señora de Luján de Zeballos, junto con el Presbítero Lucio Carvalho Rodrigues, y antes acompañó durante un tiempo prologando la comunidad parroquial Inmaculada Concepción de la Medalla Milagrosa de Florencio Varela, y también la parroquia Nuestra Señora de Luján de Villa España.

¡Es una noticia que llena de alegría a la Diócesis de Quilmes! Rezamos por el futuro sacerdote, por las vocaciones y por quienes se encuentran en el camino de formación.

La Diócesis de Quilmes se preparara para vivir la fiesta de su Patrona, la Inmaculada Concepción, el próximo jueves 08 de diciembre. «Caminemos juntos con María Inmaculada» es el lema de que acompaña esta celebración y los preparativos.

El jueves 08 de diciembre en la Catedral de Quilmes habrá Adoración al Santísimo de 08.00 a 13.00 y la Misa Central será a las 19.00, presidida por el Padre Obispo Carlos Tissera. Luego de la misa se realizará procesión por las calles: Se invita a llevar velas.

Desde el 29 de noviembre se realiza la novena de preparación y todos los días se pone una intención particular: por los novios, por las familias, por los niños, por los adultos mayores, por los jóvenes, por los matrimonios, por las personas que están solas, por los que acompañan enfermos y por la unidad de los cristianos.

Hasta el 07 de diciembre, todos los días a las 7.30 se rezará el Rosario en el atrio de la catedral, a las 18.00 se hará Adoración al Santísimo, a las 19.00 la Misa y a las 20.00, espectáculos artísticos en el atrio según el siguiente orden:
* Viernes 02: el Dúo Miglio Barbo – Ballet Sayani
* Sábado 03: Bandas Católicas: Ruah – Andrés Castellano RPR Rap
* Domingo 04: Ballet de la Casa Paraguaya de Quilmes – Ballet Itapúa Poty
* Lunes 05: Danza Española – Ballet Almerías – Jorge Gaitán (Guitarrista), y 
* Martes 06: Colectividad Boliviana – Tango Danza Alumnos de Juan Carlos Cantero.

Toda la Diócesis de Quilmes está invitada a sumarse a estos festejos.

HOMILIA DE LA MISA DE ORDENACIÓN DE DIÁCONOS
Catedral de Quilmes – Lunes 21 de noviembre de 2022

Hermanas y hermanos:

Jesús, durante la última cena de su vida, a pocas horas de su pasión y muerte, da las instrucciones para que sus discípulos puedan vivir en el mundo sin pertenecerle, poniendo en práctica la originalidad de la enseñanza del maestro.

Él ama a sus discípulos como el Padre lo ama a él. La intimidad entre el Padre y el Hijo se refleja en el amor de Jesús para con sus seguidores. Por eso la invitación: “permanezcan en mi amor”, como los sarmientos unidos a la vida, alimentados por la misma savia.

La manera de permanecer en él, de mantenerse en su amor, es cumplir concretamente sus mandamientos. Y él mismo da el ejemplo: cumple los mandamientos del Padre. Ha venido para liberarnos de las ataduras del mal y enseñarnos un camino de amor para llegar a ser hijos e hijas de Dios, y esto le costará la vida. De este modo ha manifestado el amor al Padre. Horas después, en el huerto de Getsemaní, dirá «Padre, si quieres, aleja de mí este cáliz. Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya» (Lc. 22, 42)

El discípulo hará el mismo camino, cumpliendo el mandamiento de Jesús: “Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor. como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor” (Jn. 15, 10)

Anteriormente, los dos mandamientos que constituían el resumen de toda la Ley y los Profetas eran: “amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu fuerza y con todo tu espíritu; y a tu prójimo como a ti mismo”.

Ahora Jesús no pide nada para Dios. El mandato de Jesús, la esencia de su proyecto de nueva humanidad, será el amor recíproco entre todos: “Ámense”. Los discípulos tendrán que hacer un proceso de conversión, liberarse del instinto de poder que los llevaba a luchar por los primeros puestos, y abandonar las peleas y la competencia, centrados sólo en el propio interés. “Ámense”: como compromiso de buscar siempre el bien del otro, en la forma que los distintos momentos y necesidades lo requieran. Y la medida del amor al prójimo no es más “como a ti mismo”, que ya era una medida muy exigente, porque significaba ofrecer a los demás el mismo cuidado con que cuidamos nuestra integridad, nuestro bienestar, nuestra vida y nuestra familia. La nueva medida es Él, es su amor para con nosotros: “Como yo los he amado”. Pide que seamos como él, amándonos como él nos amó, con un amor gratuito, universal y total, sin ninguna discriminación. Y lo exige con la fuerza de un mandamiento: “Lo que yo les mando”. Esa será la manera auténtica de amarse a uno mismo, realizando en el amor al otro su plena humanización. Jesús, el hijo de Dios, seguirá estando presente en el mundo a través de todos los discípulos que reproducirán su amor.

El Espíritu Santo que les hizo acordar a los apóstoles todas las enseñanzas de Jesús, cuando creció el número de los cristianos, vieron la necesidad de atender las mesas para tantas viudas y sus hijos, tantos pobres que se convertían al Evangelio. Para ello instituyeron a los primeros siete diáconos de la Iglesia naciente.

Son los que hacen presente en la comunidad a Cristo Diácono, o sea, servidor.

Leemos en la Constitución dogmática “Lumen Gentium”, del Concilio Vaticano II: “los diáconos reciben la imposición de las manos «no en orden al sacerdocio, sino en orden al ministerio». Así, confortados con la gracia sacramental, en comunión con el obispo y su presbítero, sirven al pueblo de Dios en el ministerio de la liturgia, de la palabra y de la caridad. Es oficio propio del diácono, según le fuere asignado por la autoridad competente, administrar solemnemente el bautismo, reservar y distribuir la Eucaristía, asistir al matrimonio y bendecirlo en nombre de la Iglesia, llevar el viático a los moribundos, leer la Sagrada Escritura a los fieles, instruir y exhortar al pueblo, presidir el culto y oración de los fieles, administrar los sacramentales, presidir el rito de los funerales y sepultura”. (LG, 29)

En el mismo documento el Concilio establece el diaconado como grado propio y permanente de la jerarquía.

También leemos en el Catecismo de la Iglesia Católica:

“Desde el Concilio Vaticano II, la Iglesia latina ha restablecido el diaconado «como un grado particular dentro de la jerarquía» (LG 29), mientras que las Iglesias de Oriente lo habían mantenido siempre. Este diaconado permanente, que puede ser conferido a hombres casados, constituye un enriquecimiento importante para la misión de la Iglesia. En efecto, es apropiado y útil que hombres que realizan en la Iglesia un ministerio verdaderamente diaconal, ya en la vida litúrgica y pastoral, ya en las obras sociales y caritativas, «sean fortalecidos por la imposición de las manos transmitida ya desde los Apóstoles y se unan más estrechamente al servicio del altar, para que cumplan con mayor eficacia su ministerio por la gracia sacramental del diaconado» (AG 16). (CIC N° 1571)

Cuando decía esto el Catecismo (año 1992), en nuestra Diócesis ya eran muchos los diáconos permanentes que habían sido ordenados por nuestro querido Padre Obispo Jorge Novak, pastor solícito y previsor, cuya preferencia estaba puesta en los más pobres y marginados.

A veinte años de la apertura del Concilio Vaticano II, en el discurso de apertura de la 2ª Sesión del Sínodo Diocesano, el Padre Obispo decía:

“Este primer Sínodo ha de incorporar en forma inequívoca a los diáconos permanentes, a los lectores y acólitos, a los animadores de comunidades a nuestra vida eclesial. Para comenzar es necesario insistir que no nos referimos a tales ministerios como si fueran transitoriamente una ayuda a los presbíteros, por el número insuficiente de éstos. El punto de partida de nuestro análisis pastoral no es un lamento de penuria, sino la gozosa constatación de una plenitud. Jesús, Siervo de Yahveh, y servidor de los suyos, ha provisto a su comunidad con una sobreabundante gracia de servicialidad” (Colegio San José, 20-09-82)

Hermanas y hermanos, tenemos la alegría hoy de ordenar diáconos a José María, Alejandro, Claudio, Mario y Manfredo (Fredy), en este tiempo de Camino Sinodal en nuestra Iglesia de Quilmes. El Señor sigue acompañando a su pueblo, suscitando a tantos y tantas que quieren servir en el crecimiento del Reino.

Hoy podemos decir que nuestra Iglesia particular se alegra al ver que estos hombres se deciden a solicitar el sagrado Orden del Diaconado, y la Iglesia los acepta y por la imposición de las manos y la invocación del Espíritu son consagrados.

La entera entrega al Señor y su Iglesia supone también la generosidad de sus esposas, que libremente han expresado su total consentimiento para este servicio eclesial. Es de nobleza agradecer, en nombre de la comunidad cristiana, este gesto profundo de amor a Dios y a su pueblo. No sólo expresamos nuestra gratitud a las esposas, sino también a sus hijos que, privándose del legítimo tiempo que el papá les pudiera dispensar, consienten y respetan la decisión de él para seguir este llamado del Señor. A todos, Dios les bendiga y les recompense tanta generosidad. Tengan presente que Dios no se deja ganar en generosidad.

Agradezco al Instituto de Diáconos “San Lorenzo mártir”, al P. Marcelo y al equipo de formación que lo acompañan. Gracias a sus párrocos de origen y sus comunidades. Gracias a los párrocos y comunidades donde ellos han estado formándose pastoralmente.

Así también agradezco a tantas hermanas y hermanos de la Diócesis y de otros lugares, que hoy estamos aquí celebrando el amor de Dios que se hace servicio en las personas de estos cinco hombres.

Ante el llamado de Dios, la Virgen María respondió: “yo soy la servidora del Señor; que se cumpla en mí lo que has dicho” (Lc. 1, 38). A ejemplo de ella y por su intercesión, el Señor les conceda la gracia de ser humildes, valientes, dóciles, disponibles, de fe sólida y de amor intenso y generoso. Así sea.

+ Carlos José Tissera
Obispo de Quilmes

HOMILIA DE LA XXVII MISA DE LA ESPERANZA


Cruce Varela – Sábado 12 de noviembre de 2022
VI Jornada Mundial de los pobres
“Jesucristo se hizo pobre por ustedes” (2 Cor. 8, 9)

Hermanas y hermanos:

Desde el 2018 en la Diócesis de Quilmes hemos unido esta Jornada Mundial de los Pobres a nuestra tradicional Misa de la Esperanza. Ese año fue presidida por el Nuncio Apostólico Mons. León Kalenga, el simpático congoleño que hoy nos sonríe desde el Cielo.

“Jesucristo se hizo pobre por ustedes” (2 Cor. 8, 9) La Jornada Mundial de los Pobres se presenta este año como una sana provocación para ayudarnos a reflexionar sobre nuestro estilo de vida y sobre tantas pobrezas del momento presente.

“No te olvides de los pobres” es lo que la primitiva comunidad cristiana de Jerusalén le dice a San Pablo, el apóstol llamado para evangelizar en lugares donde había más posibilidades económicas. Es también lo que el Cardenal Hummes le dice al Cardenal Bergoglio en el momento de ser elegido Papa: “No te olvides de los pobres”. De ahí que tuvo la inspiración de elegir el nombre de Francisco.

Por eso, al finalizar el Año Santo de la Misericordia, Francisco instituye esta Jornada Mundial de los Pobres.

San Pablo en su carta a los Corintios quiere mantener vivo el espíritu solidario, porque pasado el primer momento de la ayuda a los cristianos de Jerusalén que sufrían muchas privaciones, la ayuda de los fieles de Corinto ya no era la misma; se estaban olvidando de los pobres. El apóstol los insta a no dormirse, a no instalarse en sus comodidades y a ser generosos como los pobres.

¿Nos estará pasando algo parecido? Al inicio de la inesperada y oscura tempestad de la pandemia, nuestro querido Papa Francisco magistralmente nos invitó a sentirnos todos en la misma barca, y a aprovechar para aprender lecciones de humanidad para salir mejores. Hoy podemos decir, que unos pocos se subieron a otra barca blindada y desde sus sitiales de poder inventaron nuevas cadenas para atarnos a una mayor pobreza e injusticia, enfrentando a los pueblos en esta tercera guerra mundial.

“No te olvides de los pobres”. Es la palabra que brota en nuestro corazón, para fortalecernos en el amor, la solidaridad, el deseo de justicia, la compasión, el servicio, la fraternidad. Son los valores del Reino que Cristo ha inaugurado y al que nos ha llamado para construirlo juntos. Eso quiere ser el Camino Sinodal que hacemos en nuestra diócesis, unidos a toda la Iglesia latinoamericana y de todo el mundo. El lema “Comunión, participación y misión” nos indica el norte que hemos de seguir. Es la manera de vencer el mal a fuerza de bien. Es el trigo que queremos sembrar y cuidar, aunque la cizaña crezca alrededor.

En este caminar juntos, en este andar en clave sinodal, renovamos la esperanza. Quiero recordar con ustedes a aquel que, con el Evangelio en su corazón, unido al Corazón del Buen Pastor, sentó las bases de nuestro ser diocesano, el Padre Obispo Jorge Novak. En su última Misa de la Esperanza, al inicio de este siglo nos decía:

“Hay esperanza, porque miles de padres de familia alimentan y aman con ternura a sus hijos.
Hay esperanza, porque hoy muchas servidores y servidoras organizan comedores para que niños y ancianos tengan, al menos, una comida al día.
Hay esperanza, porque muchos voluntarios y voluntarias están junto a la cama de los enfermos como auxiliares de las familias y de los hospitales.
Has esperanza, porque muchos docentes forman con amor el cerebro y el corazón de las nuevas generaciones.
Hay esperanza, porque todavía quedan funcionarios y profesionales honestos.
Pero, es lógico hermanos, toda esperanza humana es muy limitada, y tantas veces nos engañan.
Por eso, ante todo, nuestra esperanza radica en nuestra fe en Jesucristo, Señor de la historia, el testigo fiel…
Ante este Señor nos situamos, hermanos.
Creemos en su presencia gloriosa, aunque invisible. Misericordiosa y eficaz en el dinamismo de la historia.
Con el Sermón de la montaña sigue siendo nuestro humilde Maestro y legislador autorizado, para una sociedad que busca la felicidad”


“Jesucristo se hizo pobre por ustedes” (2 Cor. 8, 9) Esta es la motivación de San Pablo para mayor generosidad en la colecta para los pobres de Jerusalén. Es también para nosotros un llamado en este tiempo difícil y crítico del país y de la humanidad.

“Si Él se hizo pobre por nosotros, entonces nuestra misma vida se ilumina y se transforma, y adquiere un valor que el mundo no conoce ni puede dar. La riqueza de Jesús es su amor, que no se cierra a nadie y va al encuentro de todos, especialmente de los que son marginados y privados de lo necesario. Por amor se despojó a sí mismo y asumió la condición humana. Por amor se hizo siervo obediente, hasta morir y morir en la cruz (cf. Flp 2,6-8). Por amor se hizo «pan de Vida» (Jn 6,35), para que a nadie le falte lo necesario y pueda encontrar el alimento que nutre para la vida eterna. También en nuestros días parece difícil, como lo fue entonces para los discípulos del Señor, aceptar esta enseñanza (cf. Jn 6,60); pero la palabra de Jesús es clara. Si queremos que la vida venza a la muerte y la dignidad sea rescatada de la injusticia, el camino es el suyo: es seguir la pobreza de Jesucristo, compartiendo la vida por amor, partiendo el pan de la propia existencia con los hermanos y hermanas, empezando por los más pequeños, los que carecen de lo necesario, para que se cree la igualdad, se libere a los pobres de la miseria y a los ricos de la vanidad, ambos sin esperanza”. (Francisco. Mensaje de la VI Jornada Mundial de los pobres. 2022)

Ese es el camino de Jesús, el camino del Reino. En el evangelio de hoy, escuchamos que Jesús dice: “No se dejen engañar”. Esto se aplica en lo material y también en lo espiritual. “No se dejen engañar”, “No los sigan” dice Jesús. No ir tras los que nos separan de Jesucristo. Mantener los ojos fijos en Él. En muchas ocasiones viviremos lo que él padeció: la oposición, la indiferencia, incluso la persecución. Pero todo ello nos debe aumentar la esperanza. “Gracias a la constancia salvarán sus vidas” nos dice hoy Jesús en el evangelio.

Francisco ha encontrado muchas dificultades en su ministerio, dentro y fuera de la Iglesia. Estar con los que sufren, hablar en su defensa ha provocado en el pueblo mucha alegría, pero en algunos sectores se nota el disgusto y, a veces, se burlan de él.

En su libro: “Soñemos juntos: el camino a un futuro mejor”, Francisco dice:

“Para recuperar la dignidad del pueblo necesitamos ir a la periferia a encontrarnos con todos aquellos que viven en los márgenes de nuestras sociedades. Allí se esconden perspectivas capaces de regalarnos un nuevo comienzo. No podemos soñar un futuro ignorando y no capitalizando las vivencias prácticamente de un tercio de la población mundial.

Me refiero a aquellas personas y familias que viven sin trabajo estable, en la periferia de la economía de mercado. Son los campesinos sin tierra y pequeños agricultores, pescadores de subsistencia y trabajadores explotados de fábricas clandestinas, recolectores de basura y vendedores ambulantes, artistas callejeros, villeros y ocupantes ilegales. En los países desarrollados son los que viven de changas, sin lugar fijo, sin vivienda adecuada, con acceso limitado al agua potable y a la comida sana: tanto ellos como sus familias viven todo tipo de vulnerabilidad. Organizados en un archipiélago global de asociaciones y movimientos son la esperanza de la solidaridad en una era de exclusión e indiferencia. En la periferia pude descubrir movimientos sociales, parroquiales, educativos, capaces de nuclear a las personas, volverlas protagonistas de sus propias historias y poner en marcha dinámicas con sabor a dignidad.

La Iglesia nació precisamente aquí, en la periferia de la Cruz donde se encuentran tantos crucificados. Si la Iglesia se desentiende de los pobres deja de ser la Iglesia de Jesús y revive las viejas tentaciones de convertirse en una élite intelectual o moral. El camino a las periferias geográficas y existenciales es el camino de la Encarnación: Dios eligió la periferia como lugar para revelar, en Jesús, su acción salvadora en la historia.

La Iglesia ilumina con la luz del Evangelio, despertando a los pueblos a su propia dignidad, pero son los pueblos quienes tienen el “olfato” para organizarse a sí mismos.

La multitud que seguía a Jesús no era una masa de personas hipnotizadas por uno que hablaba lindo, sino un pueblo con historia, que tenía una esperanza y custodiaba una promesa.

El pueblo siempre lleva una promesa en su corazón: una invitación que lo hace caminar hacia algo que desea, pese a la marginalidad que sufre. Jesús mostraba su cercanía en el modo cómo les habló, los tocó y los sanó. Jesús demostraba que esa cercanía era real. Les abrió un camino de esperanza en el futuro, un camino de liberación: la liberación humana que confería esa dignidad que solo el Señor nos puede regalar. Por eso seguían a Jesús.

Mezclándose con los cobradores de impuestos y las “mujeres de mala fama” Jesús recuperó la religión aprisionada de los ambientes de las élites, del conocimiento especializado y de las familias privilegiadas, para volver a toda persona y toda situación capaz de Dios. Caminando con los pobres, los rechazados, los marginados derribó el muro que impedía al Señor estar cerca de su pueblo, en medio del rebaño” 
(Francisco. “Soñemos juntos: el camino a un futuro mejor”, pg. 124 ss)

Agradecemos a tantas hermanas y a tantos hermanos que, a pesar de las carencias y dificultades, siguen organizándose para resistir a las injusticias; los que día a día sirven a los demás más allá de sus obligaciones. A los que no bajan los brazos para sostener los centros comunitarios y lo hacen con alegría y desinterés; a todos los que de diversas maneras acompañan a los niños, adolescentes, jóvenes y a las personas mayores en tantas necesidades. Gracias a todos los agentes de pastoral que integran la Vicaría de la Solidaridad, que han organizado esta Misa de la Esperanza. ¡GRACIAS!

En este año también están presentes los miembros de Pastoral Juvenil que celebran la Jornada Mundial de los Jóvenes, participando con la Vicaría de la Solidaridad, organizando y realizando el Festival de la Esperanza. ¡GRACIAS!

Aunque lo digo al final, no por eso es menos importante. Nuestra esperanza se renueva también, porque el Papa Francisco ha visto la necesidad de nuestras Iglesia de Quilmes, y el pasado 15 octubre publicó el nombramiento del nuevo obispo auxiliar: el P. Eduardo Gonzalo Redondo. Desde acá, te saludamos Padre Obispo Eduardo. Que nuestro cariño vuele a las alturas de Huancayo, en Perú. ¡Gracias Papa Francisco! ¡Gracias Padre Eduardo!

Aquella a quien le decimos: “vida, dulzura y esperanza nuestra”, La Virgencita de Luján está recorriendo la diócesis desde el Corpus Christi en Berazategui. Luego de recorrer todas las parroquias de ese partido, ya ha llegado a este Decanato de Florencio Varela. Su misión es pasar por toda la Diócesis visitando a sus hijas e hijos, abrazando con ternura de Madre a todas las comunidades, a cada persona, consolando a su pueblo y despertando la Esperanza.

¡Viva la Virgen! ¡Viva Jesús! ¡Viva el pueblo peregrino en la diócesis de Quilmes!

+ Carlos José Tissera
Obispo de Quilmes

«Jesucristo se hizo pobre por nosotros» (Cf. 2 Cor. 8,9) es el lema de XXVII Misa de la Esperanza de la Diócesis de Quilmes que se llevará a cabo el sábado 12 de noviembre en el Cruce Varela. A las 15.00 comenzará el festival de la Esperanza, y a las 19.00, la Misa que se podrá seguir en vivo por Youtube.com/DiocesisQuilmesOficial.

El Padre Obispo Carlos Tissera hace la invitación para sumarse a esta fiesta diocesana, que se llevará adelante junto con la VI Jornada Mundial de los Pobres.

El sábado 12 de noviembre la Diócesis de Quilmes celebrará la XXVII Misa de la Esperanza con el lema “Jesucristo se hizo pobre por nosotros” (cf. 2 Cor 8,9) junto con la VI Jornada Mundial de los Pobres propuesta por el Papa Francisco. Será a las 19.00 en el Cruce Varela, con la presencia del Padre Obispo Carlos José Tissera, y se transmitirá en vivo por Youtube.com/DiocesisQuilmesOficial. Previo a la misa, a las 15.00 se realizará el Festival de la Esperanza.

Para que las comunidades puedan prepararse para vivir esta jornada tan importante para la Iglesia que peregrina en Quilmes, Berazategui y Florencio Varela, la Vicaría de Solidaridad de la diócesis ofrece unas fichas para el trabajo y la reflexión que se encuentran disponibles en www.obisquil.org.ar/misa-de-la-esperanza-2022-fichas-de-trabajo

HISTORIA DIOCESANA DE LA MISA DE LA ESPERANZA

La Misa de la Esperanza se celebra en la Diócesis de Quilmes desde 1996. La situación política y social del país de aquellos tiempos -con los altísimos índices de desocupación, la angustia de la gente y la falta de oportunidades- motivaron esta celebración.

Por eso, en aquel año, el Padre Obispo Jorge Novak invitó a proclamar la esperanza cristiana en un día que luego quedó como fecha fija: la fiesta de Cristo Rey. De esta manera, cada año se trata de afirmar concretamente la presencia del Reino de Dios en la vida de este pueblo diocesano, con su opción preferencial por los más pobres y necesitados, y su incondicional amor misionero.

Desde 2002, con el Padre Obispo Luis Teodorico Stöckler, la Misa de la Esperanza se profundizó como celebración donde el Pueblo de Dios alaba a su Señor y considera, junto con su obispo, los grandes principios del magisterio social de la Iglesia para entender y afrontar cristianamente las distintas situaciones de la realidad en donde la vida de la gente se ve amenazada.

Y a partir de 2018, con el Padre Obispo Carlos José Tissera, se instituyó como fecha para celebrar la Misa de la Esperanza el fin de semana previo a Cristo Rey cuando se realiza la Jornada Mundial de los Pobres, que el Papa Francisco instauró en 2017, con excepción de 2021, que, a causa de las elecciones, la misa se hizo la  nuevamente en la fiesta de Cristo Rey.

En 2022 la XXVII Misa de la Esperanza se realiza junto con la VI Jornada Mundial de los Pobres en el Cruce Varela, un punto geográfico significativo para la Diócesis de Quilmes por el alto tránsito de gente que llega de todos lados, y, fundamentalemnte, porque es el sitio en donde confluyen los tres partidos que la conforman: Berazategui, Florencio Varela y Quilmes.

Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Carlos José Tissera
Obispo de Quilmes

Querido D. Carlos:

Hemos recibido con gran alegría el nombramiento de D. Eduardo Redondo como Obispo Auxiliar de Quilmes. Las razones de esta alegría son innumerables. Se trata de una bendición de Dios para Eduardo, una gracia más que el Señor concede a un hijo suyo. Es también una bendición para la Hermandad, que se siente reconocida por el Santo Padre y, en él, por el conjunto de la Iglesia eligiendo a un miembro de nuestra fraternidad para prestar este servicio. Por todo, damos gracias a Dios.

Estamos felices por tratarse de la querida Diócesis de Quilmes, a la que nos une la pertenencia de D. Lucas Smiriglia a la Hermandad, sus servicios y los de sus padres a la propia Diócesis, la amistad personal con usted mismo desde hace años… Ahora tenemos un lazo más que vincula entrañablemente a la Diócesis de Quilmes y a la Hermandad.

De algún modo perdemos a un hermano querido, entregándolo a una nueva familia que le acoge con cariño y a la que, conociendo a Eduardo, querrá y servirá con todo su corazón. Este hueco que deja, el Señor sabrá llenarlo con nuevas vocaciones que nos permitan continuar trabajando por el sacerdocio en estos tiempos que reconocemos tan difíciles.

Sabemos que usted será para Eduardo un verdadero padre y que “le enseñará a ser obispo” ayudándole en los primeros pasos de este ministerio que va a comenzar. 

Oramos juntos por el nuevo obispo. Que el Señor continúe cuidando de la Iglesia de Quilmes bendiciéndola con abundantes y santas vocaciones.

Un fuerte abrazo.

Florencio Abajo Núñez
Director General

Boletín Diocesano del Obispado de Quilmes del primer semestre de 2022 (desde el 01 de enero hasta el 30 de junio) con los documentos de la Iglesia Universal del Santo Padre Francisco, los documentos de la Iglesia en Argentina, y los documentos de la Iglesia en Quilmes del Padre Obispo Carlos José Tissera, junto con las circulares, decretos, nombramientos y licencias ministeriales, admisiones, aniversarios, fallecimientos, y el Ejercicio económico 2021.

Se puede ver y descargar aquí.

El lunes 21 de noviembre a las 10.00 de la mañana el Padre Obispo Carlos José Tissera ordenará Diáconos Permanentes a José María Hernández, Alejandro Gabriel Martínez, Claudio César Serio, Mario Adrián Meichtry y Manfredo Guillermo Klein

La celebración Eucarística se realizará en la Iglesia Catedral de Quilmes (Rivadavia 355, Quilmes Centro) y se transmitirá por Youtube.com/DiocesisQuilmesOficial

El lema de ordenación que han elegido estos hermados, formados en la Escuela diaconal «San Lorenzo Mártir» de la Diócesis de Quilmes, es «Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad»

En este tiempo de alegría para la diócesis, nos unimos en oración con ellos.

El lunes 24 de octubre el Padre Obispo Carlos José Tissera designó a los presbíteros Ignacio Blanco y Darío Viecenz Administradores Parroquiales Solidarios de la Parroquia Nuestra Señora del Milagro de Hudson, del Decanato de Berazategui.

El Obispo de Quilmes agradece a estos sacerdotes por su disponibilidad, y al Padre Daniel Moreno, por la fecundidad de su servicio en esta comunidad parroquial.